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viernes, 24 de abril de 2009

El tren de la vida


El tren de la vida

Paseando llegué a la estación de tren
no tenía necesidad de viajar
¿O quizá si?
Mi vista se recreaba en los distintos trenes
en los tableros de los horarios.
Vi trenes de mercancias, su contenido es valioso
pero su valor solo es material.
¡No me interesa¡
Trenes lentos, sin horarios,
paran en todas las estaciones,
no están mal pero quizá no tenga tiempo
para tanto paseo, no tengo necesidad
de distraer mi vida.
Hay también trenes muy rápidos
realmente son bonitos, deslumbrantes
seductores, diferentes
en ellos necesitas menos tiempo,
ya empiezo a disponer de poco tiempo
creo que subiré,
me atrae mucho la idea y necesito viajar
que me alejen de este lugar
que tanto daño me ha hecho.
Tengo tantas heridas
estoy en una pura hemorragia
con este tren seguro llegaré a tiempo
para no morir, desangrando
lo intentaré, además la azafata
es muy cariñosa, está llena de caricias
sé que este es mi tren
locuraaaaaaaaa
treeeeeeeennnnn
meu beeeeeeeeeemmmmmm

Obrigado pelo tren

martes, 7 de abril de 2009

Encuentro en la primera fase: El café


Encuentro en la primera fase: El café

Miento si digo que me gusta el café, soy persona de té, pero la invitación de un amigo a un café no se puede despreciar, y eso fue lo que sucedió, que acepté y pasó lo que tenía que pasar, me subió la tensión, la ilusión, la alegría de vivir. Fue un encuentro en la primera fase, sí, porque ahí estabas tú, sólo al verte me di cuenta que eras la persona que la vida me tenía reservada desde hacía tanto tiempo. Tu rostro angelical, tus ojitos que me enseñaron tu dulce corazón, te encontré como sola, ausente de la alegría, esperando que alguien arropase con cariño tus sentimientos, tus añoradas pasiones, amor, eres tú la personita que siempre esperé.

Increíble, que desde el primer momento, hablásemos con toda naturalidad, como si nos conociésemos de toda la vida. Aunque en el primer momento creyeras que mis palabras eran aduladoras, que iba a cuchillo, no era así, es que me salía de dentro todo el amor encerrado en mi corazón de tanto tiempo atrás. Sé que te sorprendiste, pero mira, ya te lo he demostrado, no miento, todo lo que te dije se ha hecho realidad, al igual que tú, que con toda sinceridad me contaste tu historia, además de dejarme que tu corazón me lo confirmase.

Había caído la tarde, el café se acabó y la noche oscureció Perales, pero estábamos iluminados por la llama del flechazo, y nos fuimos a cenar como si de toda la vida nos conociésemos, hablamos, nos miramos, volvimos a sentir que alguien nos escucha, que nos comprende, sí, amor, me volviste a ilusionar, viste que todavía sientes y te sienten. Te acompañé a la casa de los amigos que tanto bien nos hicieron, era muy tarde, pero nos faltó mucho tiempo para seguir conociéndonos. Quedamos para que mi taxi te llevase al día siguiente a la estación de buses. Todo por culpa de un café, ¿o fue por tu culpa?

Alegría de ver la nueva luz del día, amanecí con una sonrisa especial y es que soñé toda la noche contigo ¿por qué amor? Cuando te recogí para llevarte a la estación ni me lo imaginaba. Mi taxi jamás tuvo una copiloto tan linda como tú, arrancó y me dijo: Es muy linda, nos falta tiempo para conocerle, cometamos una locura. Siempre le hago caso a mi taxi, es mi única compañía, él sabe de mis alegrías y de mis penas, siempre hace lo posible por ayudarme. Bajó la velocidad, no fue suficiente, se pasó la salida de Av. América y… No me lo podía creer, pensaba que las locuras no existían, pues sí, por ti hago locuras, no lo ves cartelito de Burgos.

El taxi se alegró de acariciar tu cuerpo en su asiento, te relajaste, seguiste hablando y escuchando, miramos las nubes del cielo castellano, eran como esponjitas de chuche dulces, decidimos contar los árboles de fruta de la pasión que encontrábamos junto a la carretera. Nos dimos cuenta de que había muchos árboles de fruta, pero no de la pasión, porque esa pasión la teníamos dentro del taxi. Y la pasión nos volvió locos, locos de pasión, locos de camisa de fuerza, al notar que las camisas de fuerza no nos sentaban bien, no nos dejaba disfrutar de la pasión, las quitamos tirándolas por la ventanilla. Me miraste el pecho, estaba sangrando aún, entonces lo besaste y tu carmín curó la herida, tus besos unieron mi corazón partido, que alivio recuperar el ritmo de sus latidos, ya está latiendo gracias a ti. Y entré por tus ojos viendo como tu tristeza estaba apagando ilusiones, pasiones, esperanzas. Mis besos te recobraron, lo ves, hay vida después de la vida y tú mi amor, eres vida pura, eres un cielo iluminado que merece conocer lo que es cariño, lo que es sentir que alguien está contigo y tú en él siempre y en todo momento, necesitas sentir mucho amor.

La meta iba acercándose, muy a pesar nuestro llegamos al destino. El romántico mundo se acabó, pero es la vida, la cruda realidad. La despedida, cortó nuevamente la necesidad de estar juntos, fue muy bonito mientras duró, al menos quedamos con un dulce sabor de boca. ¡Hasta pronto mi amor¡

A tirones de motor conseguí que mi taxi se marchara de allí, no sin antes piropearte con varios toques de claxon, y guiñándote los intermitentes del lado izquierdo que es el derecho, tú le lanzaste un besito, te diste la vuelta y tu figura desapareció por la esquina, dejando el rastro del paso de un ángel. ¡Adiós mi amor, ha sido tan hermoso¡ Y mi corazón se quedó con tus ojitos, con tu angelical rostro. Necesitaba levantar el ánimo, el taxi se detuvo en un bar, pero no de camioneros, era el Montehermoso, le recuerdas, y sabes que pedí, sí, un café, era espumoso y al echarle azúcar se retiró parte de la espumita y formó la figura de un corazón. ¿Fue un sueño? ¿Fue realidad? ¿Esa figura de corazón es una premonición? La repuesta la tienes tú mi amor.

miércoles, 1 de abril de 2009


La enfermera Núria

Hola Santi, buenas tardes, ¿cómo estas?
Lo he intentado, lo prometo, pero escribir algo para tu blog me resulta difícil, y es que las experiencias que vivo en mi trabajo no son agradables, los enfermos que cuido están en la última etapa de su vida y lo que hacemos es tratar de que pasen ese trago de la mejor manera posible y sin dolor.
Son pacientes demenciados que olvidan su nombre, no conocen a sus familiares, les ponemos la comida delante y muchos de ellos no saben lo que es, para que sirven los cubiertos o por donde empezar, a otros hay que alimentarlos con sonda, vamos que es un panorama diferente al trabajo en otras áreas de salud.
Ayer por la mañana falleció uno que ha ido arreglado en dos días, apenas ha dado lata el pobre, pero se ha ido sin sentir, otros en cambio tienen una larga y dolorosa agonía y son esos con los que peor lo paso.
Hoy también estoy un poco depre, de bajón, será el cambio de tiempo o yo que sé, haber si me animo y soy capaz de contarte algo más agradable.
Que lo pases bien,
Besos.


El sol extremeño me despertó de la siesta, o quizá fue que te sentí ausente. Mi vista se dirigió a los pies de la cama, y entonces encontré esta carta que me dejaste a modo de testamento, además de tu vestido con cofia de enfermera y tus zapatos de tacón rojo. Con lágrimas en los ojos descubrí tu abandono y empecé a recordar como me ayudaste a regresar a la vida.

Con la tensión muy tensa al borde del infarto, siempre encontré tu ayuda, los doctores decían no se que de cosas renales y cardíacas, me llenaron de cables, sueros, radiografías, medicamentos, ufff que fatiga. Y no entendía nada, estaba acojonado, parecía el fin de mi fin, no sé cuantos días pasé en ese estado porque la sedación me alejo del mundo, olvidé mis problemas, no sentía nada. La luz artificial no me mostraba el día ni la noche, únicamente el murmullo de enfermeras me recordaba que existían humanos, estaba solo, sin perrito que me ladrase. Fue aquella mañana, cuando te vi por primera vez y me acercaste la cama a la ventana, abriste la persiana y ese Sol calentó mi piel, y el aire de la ventana acarició mi pálida piel. Me viste el miedo en la cara y decidiste traducirme los términos médicos que en una abultada carpeta habían dejado los médicos. No te convencieron y los tiraste directamente a la papelera. Lo sabías todo de mí:

“Mira lo que tienes es la tensión muuuu tensa, y esos informes están completamente equivocados. Esto te viene del corazón, pero porque te lo han dejado partió, has perdido un gran amor, las medicinas no hacen nada para eso, te daré unos puntos de sutura para que el tiempo te ayude a cicatrizar, y ese mismo tiempo te dará una nueva ilusión y te olvidarás de que casi pierdes tu corazón, tómate PACIENCIA. Los riñones, cierto están dañados, pero no por esos términos técnicos de los galenos, son de las dieciocho horas diarias de trabajo y sacrificio que metías al cuerpo, para mejorarte y puesto que ahora estás solo, trabaja y vive para ti, necesitas poco, disfruta tu vida has estado dando todo y no has cogido nada, tómalo ahora.”

Decidió cambiar mi habitación de esa lánguida decoración, el Sol siempre iluminaría mis días, y la Luna mis sueños. Cambió el suero de las botellas por pacharán y Mirinda. Las radiografías a la basura, en su lugar puso a Miss Julio y Miss Agosto, ¡Qué cambio¡ si es que lo otro eran como fotos de muertos, pero estas si eran de vivas. Cómo última distracción para mi mejoría puso una diana del mal que me llevó a la enfermedad, la foto de la causante. Lanzábamos jeringuillas rellenas de mermelada de fresa, una y otra vez, la foto quedó dulcemente manchada, así por lo menos que quedase la foto contraria al original amargo.

Y así ha ido pasando el tiempo, y ahora te has marchado, bien sabes que ya no me muero, me has salvado, me dejas la carta y tu ropa a modo de herencia, ya he comprendido lo que te pasa, necesitas aliviarte de tanta muerte que peleas. A mí me has salvado y ahora tendré que seguir tu escuela. Con los tacones rompí el vidrio de la ventana y salté a la calle llevando tu herencia. Me quité la ridícula bata del culito al aire (coño pero porque nos pondrán eso tan ridículo) decidí cambiar de vida y vestí tu traje de enfermera me pinté los labios, calcé tus tacones y entré de nuevo al hospital para seguir tu ejemplo.

Estoy bastante satisfecho por el resultado, cada vez libro a más gente de atravesar a la otra orilla, lo cierto es que tengo que soportar el ir de transformista con esta minifalda y los putos tacones que me dejan los pies molidos, pero lo peor de todo son lo cardenales que tengo en las nalgas, joder es que no veas si son guarros los médicos, me tienen hasta los huevos de tanto pellizco.

PD: Nuri tranquila y recupérate, yo cuidaré de ellos hasta que regreses.