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domingo, 10 de mayo de 2009

El orden de los factores no altera el producto


El orden de los factores no altera el producto
La madrugada acariciaba su piel, ya estaba cansada de tanto trabajo, los sábados por la noche salen muchos jóvenes a disfrutar de la alegría alcohólica. Por hoy ya había hecho suficiente dinero, tampoco es muy ambiciosa.
Al levantar la mano para parar un taxi le brillaron las rojas uñas, el sol le avisaba que tenía que volver a ocultarse, como vampiro, y esperar a la cortina de la noche que todo oculta.
Esos pechos tan grandes llamaron la atención al taxista y ella mostrando su muslo desde esa minúscula faldita, dejó visible la belleza de su cuerpo. Orgullosa siguió mostrando el poderío de su seducción, pero ya no estaba de servicio, entonces le habló al taxista, con cariño y le contó su vida.
De niño, no jugaba al fútbol, no tenía ninguna banda para apedrear a los enemigos, no le gustaban los juegos de niños. Tenía muchas amigas, era un chico diferente, le encantaban las muñecas y sabía mucho de ropas, le cogía las braguitas a su hermana mayor y se las ponía. Todo un problema, una persona que odiaba la violencia, no gustaba de enemigos, pero los aislaron, le llamaban maricón.
Y ahora una vez llegada a su destino, acude al pobre de la esquina, como cada día, y le da su limosna correspondiente, pregunta con atención sobre la familia del pedigüeño y le invita a desayunar. Después de saludar al panadero, al del super, al kioskero, a su vecina la viejita, a la que por cierto, siempre le ayuda subiéndole compras para que la mujer no se caiga por esas empinadas escaleras, abre la puerta de su minúscula buhardilla, tarda poco en desnudarse, solo despojarse de la minifalda, se arrodilla ante su Virgencita, le reza con lágrimas con devoción y se acuesta con la mente y el corazón limpio.
El día le oculta como apestado, pero lo cierto es que como persona es de lo mejor, se llamaba José María, ahora se llama María José, y sigue siendo una de las personas mejores que existe en la vida de sus vecinos y amigos, porque da lo mismo como se llame, es lo mismo José María que María José porque el orden de los factores no altera el producto.



11 comentarios:

Santi el montador dijo...

Por fin publiqué, perdonar pero estoy liado, espero que os guste, un besote a todos

Susy dijo...

Genial.Aunuqe ultimamente no escribes mucho es verdad que sigues haciendolo genial.
Cuidate mucho Santi.
Besos

Anónimo dijo...

Nen, dale tu las clases del taller literario al Manu...XD...

Petonets para tí y para Malu.

Núria ( de incógnito )

Urlanda dijo...

Me gusto, pero más me gusto que publicaras.

Un beso.

P.D.: Hay caso que los factores si alteran el resultado.. ;-P

Chica-T dijo...

Santi, más vale tarde que nunca, aunque los factores estén alterados.

Besitos!

Santi el montador dijo...

Susy gracias y perdona por el abandono que os estoy dando, no es por mi gusto, la verdad, seguiré intentando mantener el blog y desde luego seguir vuestros blogs aunque no os comente, porque esto debe de seguir adelante. Un besito, cuida de la familia y enhorabuena por ser una nueva compañera del taxi, mucha suerte.

Santi el montador dijo...

Nuri gracias, tengo por ahi guardado un post de taller literario. Besitos y cuidate.

Santi el montador dijo...

Arte graçinhas meu amor. En el caso del nombre de las personas nada se altera, se altera el exterior, pero el interior sigue siendo el mismo, otra cosa son el orden de las palabras en una frase, por ejemplo, no es lo mismo decir:
Un metro de encaje negro que te encaje un metro el negro.
Besitosssssss

Santi el montador dijo...

Olguita el alterado soy yo, pero es mi vida que está inestable intentando salir adelante y encontrar el equilibrio. Un besito y sigamos intentando cambiar el oficio y sin palillo en la boca.

Susy dijo...

Santi.Te deseo la mejor de las suertes.
Besos

Anónimo dijo...
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