Seguidores

domingo, 25 de enero de 2015

No he dejado



No he dejado

   No he dejado de escribir por abandono de mis Musas, no. No me han dejado, seguimos juntos, no salimos demasiado pero tenemos mucho que decir, estamos llenos de palabras, palabras de dolor, indignación, esperanza, amor. Palabras que quieren ver la luz, aunque las sombras nos castigan para que no puedan vivir.

   Cuando te golpean fuerte, solo deseas un rincón tranquilo donde se olviden de ti y puedas curar tus heridas, deseas que cicatricen y no sangren más, pero siempre hay alguien que quiere verlas sangrar. No he dejado de indignarme por las injusticias de quien aprovecha lo políticamente correcto. Se pasa de un abuso al contrario sin querer buscar el medio, la mitad, el equilibrio, lo justo.

   Somos muchos los golpeados, se está creando una nueva clase social, golpeada, esclavizada e injustamente olvidada: los divorciados. Nos imponen unas clausulas abusivas para estos duros tiempos de crisis, los jueces no suelen fijarse en la vida que te queda, se fijan en la cantidad para alimentos sin preocuparse si se puede pagar. Muchos vivimos para trabajar porque das lo que ganas, te queda para mal vivir en una habitación y comer como se puede, de comprar ropas o zapatos ni hablamos, aceptas encantado cuando algún compañero te regala algo que no usa o ya no se lo pone.
Somos una clase esclavizada y olvidada por lo políticamente correcto.

   Es duro hablar con otro compañero en las mismas circunstancias y decir que si nos metieran en la cárcel y al salir te dejaran tranquilo, que nadie te reclamara nada, ni la ex, ni las deudas que el divorcio te ha acarreado, iríamos sin dudarlo un momento. Es fuerte pensar así, nos sentimos como criminales, con la sombra de la cárcel siguiéndonos.

   ¿Qué hemos hecho, qué crimen cometimos? Sólo dimos amor, todo era para y por la familia en los buenos tiempos, pero cuando el dinero no entró por la puerta el amor salió por la ventana. No es justo, lo hemos dado todo, por eso cuando nos llego el divorcio nos encontramos con los bolsillos vacíos y así seguimos. Sólo nos queda la riqueza de la esperanza, el disfrute de las cosas sencillas, un amanecer, unos gorriones comiendo migas de pan que la gente arroja, una sonrisa de un niño, una buena charla con un amigo, una buena música.

   La música es algo muy grande, me alivia, me transporta a esos mundos tan especiales donde el tiempo no cuenta, donde no se necesita nada más que el alma. Lloro al escuchar a Bob Dylan algo me golpea y acaricia a la vez los tiempos de mi vida. veo en la foto de la portada mi pasado imperfecto, me veo abrazado a mi chica con esperanza de futuro, con bonitos planes, somos tan jóvenes tenemos tanto amor, tanta ilusión. Y las lágrimas mojan mis pasados, se ha esfumado esa vida, me equivoque de chica, pero aún así paseo con esa chica imaginaria que nunca fue la mía, la que no cruzó mis caminos.Esta música aunque me hace llorar me alegra, me hace feliz porque me susurra al oído la palabra vida, me dice que amo, que siento. Es tan importante sentir, sentir es aliviar el alma, es aire para seguir viviendo. Música que nos alivia y nos hace seguir sintiendo.

   Amigo sigue la cadencia de la voz rasgada de Bob y sigamos camino abrazados a esa chica tan especial que es la vida, bésala y ámala por más que intenten separarnos de ella. Vida I love you.