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sábado, 27 de junio de 2009

Caribe bar



Caribe bar

Los sentimientos son como puñales/Te hecho de menos y no entiendo porque/Quizá el mañana cure las heridas/ que me hizo el ayer.

Mi cuerpo es un cuatro deformado, el taxi se da cuenta, son muchas horas acariciándole su volante, sigue guiñándome el dial y regalando poesía rota Melendiana, sabe que me gusta. Es hora de llevarme a descansar, pero no quiere depositarme en la habitación del pánico, sabe que no gusto de la caída a los avernos de la soledad.

Y lloro delante de un vaso vacio de un bar/Soy un pirata en un mar Caribe/De una carretera general

Gira a la derecha, encuentra la carretera general oscura, el GPS le susurra al motor por donde se va. La noche oscuro pozo, de pronto me veo parado en una cuneta bañado por un neón rojo, mi cara refleja como tatuaje rojo Caribe bar, Caribe bar, Caribe bar. Decido entrar a pitonisar mi futuro en una taza de ron, porque los piratas hacemos prácticas proféticas con fluidos etílicos cañosos, néctares ronianos.

Pasan los años/Reviso los daños/Y en mi cabeza algo no marcha bien/No me hace caso/Ya no te quiero querer

Pido un ron para ver mi futuro, pero el tabernero me indica que primero debo de entrar en mi pasado. Miro el etílico de garrafón y veo mi doloroso pasado, me entra pánico, lo bebo de un trago, me pone otro, otro, otros más pierdo la cuenta porque lo remoto me pesa me duele, quiero olvidarlo, no lo conseguí, aunque si me pareció perder cuenta del alcohol que entró a formar parte de mis pulsos. Entonces sentí el desvanecimiento, la caída al abismo, mi cuerpo se desplomó hacia no se donde, hasta que unas redondas caderas mulatitas pararon mi dolorida alma posándola en unos dulces pechos caribeños.

Lleno de princesas ligeras de ropa/De sangre caliente y con el alma rota/Que de tantas ostias que les dio la vida/Llevan por bandera un tanga y una liga

Se tiró abrazada conmigo hacia el inmenso océano de sábanas de seda, y quedamos empapados en sudor, con piernas entrelazadas, con fluidos intercambiados, con las miradas acariciadas, con los pechos parcheados erectos, las lágrimas fluían en las pieles, porque los piratas tenemos muchas penas y cuando estamos entre nosotros, nos desahogamos, nos quitamos los garfios, enseñamos los daños que tenemos debajo del parche, nosotros lo ponemos encima del corazón, porque está muy jodido por las ostias de la vida. Intenté encontrar su tesoro, se lo saboreé, loca de placer busco el mío y fue una sensación nirvánica, Caribe bar, Caribe bar, Caribe bar, baaaarrrrrr, aaaaaaarrrrrrr.

Si yo soy un bucanero/ Sin parche ni pata palo/Para que coño los quiero/Si yo no soy de los malos/Yo soy un pirata bueno/Que ha encayao entre tus piernas/Rebotao del mar revuelto/De tu levantar de cejas/De cuando frunces el ceño/No hay mensaje en mi botella


sábado, 13 de junio de 2009

Como tú


COMO TÚ

Voy vagando por el mar
en tierra destrozo caminos
en aire no puedo volar.
Siempre me pasa lo mismo,
no te puedo encontrar
porque nadie tiene tu pelo
la sonrisa no es igual
sus noches no desprenden amor lunar
sus pechos no rebosan miel,
sus besos saben a hiel.
Por eso amor,
necesito tu aire
perderme en tu piel,
saciarme de tus besos
recordar de nuevo tu sexo
aclarar la luz de luna
con tus ojos
y hermosura.
Porque como tú
mi amor
no encontré ninguna.

lunes, 8 de junio de 2009

No es lo que parece


No es lo que parece

Cuando le miró los ojos tuvo la sensación que le conocía de toda la vida, no le podía olvidar y es que esta mujer le dejó una honda huella, sin conocerle apenas él, pensaba que vivió con ella toda una vida y no era cierto, se conocían de dos días. Ella no le hacía mucho caso, la verdad, estaba en una relación quizá un poco monótona, quizá acomodada, eso solo lo sabía ella. Regalos no le faltaban, alguna joyita, algún trapito, cosas de esas, desde luego con más valor material que lo que esa mañana le había regalado ese hombre desconocido. Él, más mayor que su actual compañero, más feo quizá, pero con una chispa de alegría que siempre intentaba incendiar la apagada vida de la linda muchacha. Se esforzaba, incluso lo conseguía, pero esta vez le dejó sin palabras cuando el loco hombre dijo: Te traigo el regalo más bello y que más se puede acercar a tu belleza. Sé que te parecerá feo, pero las cosas no son lo que parecen, las cosas son lo que son. No mires el exterior ahora, dale tiempo y cuídalo, entonces de su bello interior verás que realmente surge la perfección de la hermosura.

Era un palo seco con unas espinas ¡Qué horrible¡ pensó ella, este tío me está mintiendo, más bellos son los collares que me regala mi novio ¡pero esto¡ Haz el favor de no ofenderme con esa mierda y tíralo.

No le hizo caso y aunque compungido, trago lágrimas y lo plantó en el jardín de la dama. Día a día se dama la gran caminata para regar el rosal. Ella desde la ventana le observaba con una mueca de desagrado, entonces le prohibió la utilización de su agua. A él no le importó, decidió regar el rosal con sus propias lágrimas. Y así fueron pasando los días, él se sentía orgulloso porque sabía que esas lágrimas darían la rosa azul más preciosa del condado. Pero ese día se encontró un poco raro y miró hacia la ventana donde estaba la muchacha, le dolió la expresión de asco que le regalaba por la que él daba todos sus sacrificios por bien empleados. Y …esto que vivo ¿es un cuento? No coño, esto es realidad, es una historia no un cuento, me cagüen toooooo, ¿soy un jilipollas o una persona con dignidad?

Entonces miró a la ventana, le hizo un gran y bonito corte de manga, observó al palo espino y le dio sus dos últimos riegos: una gran meada acompañada de un escupitinajo. Se marchó a su casa, la ducha se llevó los restos de tontería que le podían quedar. Maqueadito con sus mejores galas, perfumado como para matar cerdos se asomó a la calle, levantó la cabeza y oteó el horizonte. Perfecto, mujeres hay un montón, mejores que la otra, seguro, que me quiera más que ella, con certeza. Y se marchó orgulloso de lo que es, una persona que da corazón en la vida, pero dejando la tontería de que debe de dar amor recibiendo sólo desprecios. Es que mejor solo que mal acompañado, mejor amado que despreciado.

La verdad, la tía esa era una desagradable, una cara de palo, una pedorra. Con el tiempo se quedó vieja, gruñona y chepuda, acompañada de su guapo galán que también envejeció, se puso calvo, barrigón y pedorro.

Y ES QUE LAS COSAS SON LO QUE SON Y NO LO QUE PARECEN.

viernes, 5 de junio de 2009

¿Por qué?


¿Por qué?

El porque de los deseos,
el porque de las saudades,
el porque querer queriendo a quien no quiere,
el porque de la mentira
el porque desear verdades.

El porque querer utilizar ordenador ajeno,
el porque de un corazón herido y torero,
el porque de un amor lejano
el porque de un amor gratis cercano,
el porque te estoy escribiendo esto
el porque me parece que molesto.

¿Por qué él?