ESCUCHA EL AUDIO DE ELEGIA A DOÑA FRANCISCA HERNÁNDEZ ROCA
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Conoce a Francisca en su alegría creadora, con su chispa, su arte y su vida.
https://www.youtube.com/watch?v=5-MsYjcF52k
Siempre estarás luciendo tu especial STYLE...
Gracias por haber dejado abiertos caminos en tiempos de duras sendas.
Elegía a doña Francisca Hernández Roca
Que el Paca Style te acompañe.
No sé como debe ser
el aliento de un búfalo en enero,
pero sí sé que entre el búfalo y la Paca,
el búfalo tenía todas las de perder.
A mi abuela
ni le faltó la vida ni le faltó su genio.
A mi abuela Paca
no le gusta el silencio.
Ella tenía sus propias palabras
y su manera de vivir a su manera,
terca como las rocas, terca como las cabras,
señora del barrio del Buen Pastor, con la cabeza
alta porque sabía cuando decir que no,
por qué decir que no, aunque otros la bajaran
mansos, dóciles, seguros de que era los mejor.
La abuela no temía quedarse al margen, no callar
cuando señalaba las cosas de este mundo
que están mal, cuando enseñaba el dedo apuntando al corrupto,
con una lengua propia del filo de una espada,
más resistente que toda la anestesia del absurdo
que quienes creen que el mundo ya está bien,
que algún día se acabarán las lágrimas
y sabrán qué es la vida y qué es sufrir.
Toda la vida te va a tocar luchar
y habrá quien no vislumbre la victoria
pero la Paca siempre fue la Paca,
generosa para lo bueno y lo malo,
valiente pese a la adversidad,
rebelde por culpa de un poder
que esperaba comprar su dignidad,
sin saber que el cariño y el respeto
ni se compran ni se venden, que la fe
de la Paca era el trabajo, que sabía
pedir perdón a su manera,
que trabajó en la fábrica
Coats y en la mesa aún sentía el hambre
de una guerra, que seguiría jugando
hasta que el azar reincidente se cansara
de premiar sus cupones, porque a la Paca
había que quererla a su manera,
con su humor, con sus palabras, con la fuerza
de quien nunca se equivoca, en bata,
cocinando macarrones, con la compra
camino de un hogar donde la vida esparce
las grietas del dolor y la memoria,
la luz de quien siempre supo
darle sentido a las palabras libertad,
dignidad, resistencia.
La Paca siempre fue la Paca.
No podía entrar dócilmente
en esa noche donde todo se acaba,
pero seguro que mañana
el cielo está más limpio,
que cerrará una puerta
y abrirá una ventana,
que diga lo que diga
nunca podré contarte
lo que duelen las palabras no dichas,
los abrazos no dados,
el precio de saber ser
quien eres, quien quieres ser,
libre, resistente y digna,
como una señora del barrio del Buen Pastor,
como una hermana, como una madre,
como una abuela, como una bisabuela,
que lo fue todo y siempre
a su manera,
como el bocata chorreando aceite,
las judías verdes, los platos de patatas,
la herencia de esa tierra murciana
o ese nacer en navidad, cuya eterna huella
como un perdido barrio
nos deja en el recuerdo
nuestra indomable Paca.
Rubén García Cebollero
4 de enero de 2019