ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 36 AL LADRÓN.

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Adulto o pequeñín, saborea los cuentos de Nasrudín.

36 A ladrón.

 

36 AL LADRÓN.

Ladrón devuélveme lo robado,

no es mío , pero quizá sea de mi cuñado...

 

- ¡Al ladrón, al ladrón! -gritaba Nasrudín.

- ¿Qué te ocurre? ¿Qué te han robado? -le preguntó un amigo que pasaba por allí.

- ¡Me han robado mi camello! -seguía gritando Nasrudín.

- ¡Pero si tú nunca has tenido camello! -le respondió el amigo.

-Sí -contestó Nasrudín-, pero el ladrón no lo sabe.

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 35 MADRUGAR O NO MADRUGAR.

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35 Madrugar o no madrugar.

35 MADRUGAR O NO MADRUGAR.

Al gran Chiquito de la Calzada

que también en sus reflexiones pensaba:

No siempre a quién madruga Dios le ayuda,

y se pierde el amor de su almohada....

 

En cierta ocasión, el padre de Nasrudín le dijo:

-Hijo mío, deberías levantarte temprano porque es algo muy bueno.

Nasrudín, que odiaba madrugar, le contestó:

-Dame una prueba de que es así.

El padre le dijo:

-Esta mañana me levanté muy temprano y cuando salí a la calle me encontré un monedero lleno de monedas de plata.

Entonces, Nasrudín le dijo:

- ¿No crees que el monedero estaba ya allí anoche?

Y su padre le contestó:

-No, porque salí a tomar el aire hacia la medianoche y el monedero no estaba allí.

A lo cual Nasrudín contestó:

-Pues no creo yo que sea algo muy bueno levantarse pronto por la mañana, ya que aquel que perdió el monedero se levantó aún más pronto que tú.

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 34 MALA LETRA.

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34 Mala letra.

34 MALA LETRA.

Sí no te entiendes ni tú mismo,

cómo le vas a ayudar al vecino...

 

En cierta ocasión, un hombre fue a ver a Nasrudín para pedirle que escribiera una carta por él.

-Lo siento, pero no puedo -le contestó Nasrudín.

El hombre insistió y le dijo:

-Sé que puedes hacerlo, y además te pagaré por ello.

Nasrudín le contestó:

- ¿No ves que me he torcido el tobillo?

La respuesta no gustó al hombre, que se enfureció y le gritó:

- ¡Ahora vas a decirme que escribes con los pies!

Y Nasrudín contestó:

-No es que escriba con los pies, pero tengo tan mala letra que tendré que ir a casa del destinatario para leerle la carta.

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 33 EL ANILLO PERDIDO.

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33 El anillo perdido.

33 EL ANILLO PERDIDO.

A Dios rogando...

y el EGO ENGORDANDO.

 

Hacía ya varios días que Nasrudín no encontraba un precioso anillo de plata que le había regalado su tía. Lo había buscado por todas partes: en los armarios, en los bolsillos de todos sus vestidos y en todos los rincones de la casa. Estaba sumamente preocupado porque al día siguiente venía de visita su tía y seguramente le preguntaría qué había ocurrido con el anillo. Desesperado, clamó al cielo:

-Dios mío, ayúdame a encontrar el maldito anillo.

Y se arrodilló para rezar. Cuando abrió los ojos le pareció ver algo que brillaba debajo de un armario. Volvió a alzar los ojos hacia el cielo y dijo:

-Dios mío, no hace falta que me ayudes, ya lo he encontrado solo.

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 32 LOS MARIDOS QUE NO TEMEN A SUS MUJERES.

Adulto o pequeñín, saborea los cuentos de Nasrudín.

32 Los maridos que no temen a sus mujeres.

32 LOS MARIDOS QUE NO TEMEN A SUS MUJERES.

No me siento porque no me de la gana,

es que me han vareado la lana...

 

En aquellos días se celebraba la reunión anual de la cofradía de los maridos que no temen a sus mujeres. Nasrudín había oído hablar de ellos y decidió sumarse a la fiesta. El presidente abrió la sesión que invitó a los maridos que no temen a sus mujeres a que se sentaran. Se sentaron todos excepto Nasrudín. Sorprendido el presidente le preguntó:

- ¿No serás uno de esos hombres que temen a sus mujeres?

-Ni hablar -dijo Nasrudín-, no soy uno de ellos. Si no me siento es porque la mía me ha dado tal paliza esta mañana que soy incapaz de hacerlo.

 

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 31 CÓMO HAY QUE DAR A DIOS.

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31 Cómo hay que dar a Dios.

31 CÓMO HAY QUE DAR A DIOS.

Una cosa es Dios y otra muy diferente,

los que en la tierra llevan su administración.

 

Nasrudín estaba invitado a un congreso interreligioso. Aquel día, los representantes de las diversas religiones discutían sobre cómo hay que dar a Dios.

Un monje budista explicó:

-Cada mañana, trazo un círculo en el suelo y me coloco en medio. Tomo todo el dinero que conseguí el día anterior y lo lanzo hacia arriba. Lo que cae dentro del círculo es para Dios y lo que cae fuera me lo quedo yo.

Un monje cristiano occidental continuó:

-Yo hago lo mismo, pero con una ligera diferencia; tomo el dinero que recolectamos el día anterior y también lo lanzo hacia arriba, hacia el cielo. Lo que cae dentro del círculo es para mí, y lo que cae fuera para Dios.

Le tocó entonces el turno a Nasrudín:

-Yo también hago algo parecido; tomo todo el dinero que recogí el día anterior, también lo lanzo hacia el cielo, y le digo a Dios: <Toma lo que quieras> y todo lo que no quiere me lo quedo yo.

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 30 UNA RECETA DE COCINA.

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30 Una receta de cocina.

 

30 UNA RECETA DE COCINA.

Los experimentos...

con casera y en un laboratorio.

 

Nasrudín estaba tomando el té con sus amigos cuando uno empezó a hablar de cocina alardeando de las recetas que había inventado. Como Nasrudín no decía nada, otro amigo le preguntó:

-Y tú, Nasrudín, ¿nunca has inventado una receta?

-Una vez -contestó- estuve mezclando pan con nieve…

- ¿Pan con nieve? ¡Qué estupidez!  

-Efectivamente -asintió Nasrudín- y ¡qué malo estaba!

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN...29 MALDITA BARBA.

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29 Maldita barba. 

29 MALDITA BARBA.

 A los que por molestar a los demás,

tienen que sufrir y tragar...

Tras varias semanas de ausencia, Nasrudín regresó a la ciudad con una barba muy larga. Cuando sus amigos fueron a la casa de éste, se burlaron de él y le preguntaron cómo es que tenía una barba tan larga. Nasrudín les contestó que estaba harto de esa maldita barba y que no la soportaba a lo cual le preguntaron por qué no se la afeitaba. A Nasrudín le brillaron los ojos y contestó:

-Porque mi mujer tampoco la soporta.

 

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN...28 PRECISIÓN.

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28 Precisión. 

28 PRECISIÓN.

  No es tan listo el más preciso...

lo es, el que toma buena nota de lo dicho.

Nasrudín estaba visitando un museo y se acercó a un grupo de turistas para escuchar las explicaciones del guía. Cuando llegaron a un sarcófago, éste dijo:

-Este sarcófago tiene 5.000 años.

Nasrudín le interrumpió y le dijo:

-Estás equivocado; ese sarcófago tiene 5.003 años.

Los turistas quedaron muy impresionados y murmuraron entre ellos. Llegaron entonces a otra sala en la que se podían apreciar unos bellísimos jarrones.

-Este jarrón tiene 2.500 años -dijo el guía.

-Te equivocaste de nuevo -dijo Nasrudín-. Este jarrón tiene 2.503 años.

Entonces, uno de los turistas le preguntó:

-Debe de ser usted un gran experto para datar con tanta precisión estos objetos antiguos.

-De ningún modo -dijo Nasrudín-, es que vine hace tres años y el sarcófago tenía 3.000 años y el jarrón 2.500 años.

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN...27 EL ASNO ROBADO.

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27 El asno robado. 

27 EL ASNO ROBADO.

 

Al gran Gregorio Esteban Sánchez Fernández,

Chiquito de la Calzada,

sin tí la RAE, una castaña...

Un día, Nasrudín entró en la casa de té gritando:

- ¡Alabado sea Dios!, ¡alabado sea Dios!

- ¿Qué te ha ocurrido? -le preguntaron.

-Me han robado mi asno.

-Pues más que alabar a Dios deberías lamentarte…

-Ni hablar, si hubiera ido montado en él también me habrían robado a mí.

 

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN...26 LOS ILUMINADOS.

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26 Los iluminados. 

26 LOS ILUMINADOS.

 El buen Maestro sabe,

que cuando aprendió el ascenso,

del nido vuela el ave...

Un día, preguntaron a Nasrudín si alguno de sus discípulos había alcanzado la iluminación.

-Desde luego -contestó.

- ¿Cómo estás tan seguro?

-Porque han dejado de ser mis discípulos.

 

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN...25 LA LINTERNA.

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25 La linterna. 

25 LA LINTERNA.

Para los que "hacen las cosas por los demás"

 

Un día, mientras tomaba el té con unos amigos, Nasrudín presumió de ser capaz de ver en la oscuridad. Uno de ellos replicó:

-Precisamente anoche te vi pasar con una linterna…

A lo cual Nasrudín contesto:

-No era porque yo no viera, era para que los demás me vieran a mí.

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN...24 ESTÚPIDO IDIOTA.

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24 Estúpido idiota. 

24 ESTÚPIDO IDIOTA.

Cuidado con lo que escribas o digas

en el frontón de la vida...

 

Un día, un filósofo que quería discutir de filosofía con Nasrudín concertó una cita con él. Cuando se dirigió a su casa se encontró con que no había nadie. Furioso, tomó un trozo de tiza y escribió sobre la puerta de la casa: <Estúpido idiota>. Cuando Nasrudín regresó a su casa, leyó estas palabras y se fue rápidamente hacia la casa del filósofo para pedirle perdón.

-Lo siento -le dijo- me había olvidado completamente de nuestra cita, pero en cuanto vi tu nombre escrito en la puerta de repente me acordé y por eso he venido a excusarme.

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN...23 SOPA DE PATO.

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23 Sopa de pato.

23 SOPA DE PATO.

A los que viven de ilusiones 

y no saben que

más vale pato cocinando

que ciento volando...

 

Un día, Nasrudín estaba paseando al lado de un lago cuando vio a unos patos que se estaban bañando. Intentó capturarlos pero se escaparon volando. Tomó entonces un trozo de pan, lo metió en el agua y se lo comió. Pasaba por ahí un amigo suyo que, al ver la escena, le preguntó qué estaba haciendo. Nasrudín le contestó:

- ¡No lo ves, estoy comiendo sopa de pato!

 

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN...22 ARROZ Y FLORES.

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22 Arroz y flores.

22 ARROZ Y FLORES.

A los de la mejor religión,

respeten al vecino 

sino regala flores al muerto

y le pone un plato de cochino...

Tú pon rosas con amor,

que el chino pondrá 

un plato de arroz...

 

Cuenta Nasrudín que un día estaba en el cementerio cuando vio a un hombre que depositaba flores en la tumba de su esposa. A su lado había un chino colocando un plato de arroz sobre la tumba vecina.

Nasrudín se dirigió al chino y le preguntó:

- ¿Realmente cree que el difunto se comerá el arroz?

A lo cual el chino contestó:

-Sí, cuando el difunto de la tumba de al lado se decida a oler sus flores.

 

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN...21 LA LONGEVIDAD DE NASRUDÍN.

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21 La longevidad de Nasrudín.

21 LA L0NGEVIDAD DE NASRUDÍN.

A los que están con polémicas y discusiones,

no seréis longevos con tales alteraciones...

 

Cuando Nasrudín cumplió 100 años, el sultán fue a visitarle. Tras tomar el té juntos, le preguntó cómo había hecho para llegar a una edad tan avanzada.

Nasrudín le contestó:

-Estoy convencido de que mi longevidad se debe a que nunca discuto con nadie.

Esta respuesta no agradó al sultán, que le dijo:

-No pretenderás que crea esa tontería.

A lo cual Nasrudín contestó:

-Pues debo de estar equivocado…

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN...20 LOS DIENTES DEL SULTÁN.

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20 Los dientes del sultán.

20 LOS DIENTES DEL SULTÁN.

 

Para los interpretadores de sueños

que nunca los conviertan en  pesadillas,

porque el látigo no hace cosquillas...

En cierta ocasión, el sultán soñó que había perdido todos sus dientes. Al despertar, mandó llamar a un conocido intérprete de sueños, que le dijo que cada diente caído representaba la pérdida de un pariente.

Sumamente enfadado, el sultán lo hizo expulsar y que le dieran 100 latigazos. Mandó llamar entonces a Nasrudín y le contó el mismo sueño. Después de escucharle con atención, Nasrudín le dijo al sultán:

-Este sueño significa que sobrevivirás a todos tus parientes.

La respuesta satisfizo al sultán, que ordenó que le dieran a Nasrudín 100 monedas de oro.

Al cabo de unos días, Nasrudín se encontró con el intérprete de sueños al que habían molido a palos y que le dijo:

-No entiendo cómo a mí me han dado 100 latigazos y a ti 100 monedas de oro.

Entonces, Nasrudín le contestó con su habitual humor:

-Todo depende de cómo se dicen las cosas.

 

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN...19 TODO DEPENDE DE CÓMO SE DICEN LAS COSAS.

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19 Todo depende de cómo se dicen las cosas.

19 TODO DEPENDE DE CÓMO SE DICEN LAS COSAS.

 Para los dioses de toga negra

que no dejen la vida del mismo color 

a todos los descalzos que juzgan

.

En cierta ocasión, a Nasrudín le tocó juzgar un caso en el que el demandante expuso tan locuazmente sus razones que Nasrudín le dijo que tenía la razón.

Cuando le llegó el turno al demandado, logró convencer a Nasrudín de que también tenía la razón.

Los miembros del tribunal dijeron que no podían aceptar que diera la razón a ambas partes, a lo cual Nasrudín le dijo:

-Creo que ustedes también tienen razón. Todo depende de cómo se dicen las cosas.

 

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 18 LA BARCA.

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Adulto o pequeñín, saborea los cuentos de Nasrudín.

18 La barca.

Para los que viven tempestades...

Pronto llegará la calma...

Y lo sabes.

18 LA BARCA.

 

Un día, Nasrudín estaba pescando en su barca junto con un amigo que era un erudito bastante pedante. Hablaron de mil y una cosas y el erudito le preguntó a Nasrudín si alguna vez había estudiado gramática. Nasrudín le contestó que no. Entonces, el hombre instruido le dijo que había perdido la mitad de su vida.

De repente se desató una terrible tormenta y la barca de Nasrudín empezó a hacer aguas. Entonces se dirigió al erudito y le preguntó:

- ¿Sabes nadar?

A lo cual el amigo le contestó que no.

-En tal caso -le dijo Nasrudín- has perdido toda tu vida, porque nos estamos hundiendo.

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 17 EL DESTINO.

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17 El destino. 

17 EL DESTINO.

 

Una vez, un erudito le preguntó a Nasrudín:

- ¿Qué es el destino?

Nasrudín contestó:

-Es una sucesión interminable de acontecimientos interrelacionados, cada uno de los cuales influye en los demás.

El erudito no quedó satisfecho con la respuesta y le dijo a Nasrudín que él creía en la ley de causa y efecto. Entonces, Nasrudín le contestó:

-A ese hombre lo van a ahorcar mañana. Usted, ¿qué opina?, ¿lo van a ahorcar porque alguien le dio una moneda de plata que le permitió comprar el cuchillo con el cual cometió el asesinato, porque alguien lo vio cometerlo o porque nadie se lo impidió?

El erudito no supo contestar.

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 16 NARUDÍN Y SUS DOS MUJERES.

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Adulto o pequeñín, saborea los cuentos de Nasrudín.

16 Nasrudín y sus dos mujeres.

Dedicado a los que cuando dicen: "Que se mueran los feos"

Resucitamos con una bella y luminosa sonrisa...

 16 NASRUDÍN Y SUS DOS MUJERES.

 

Un día, las dos mujeres de Nasrudín le preguntaron a cuál de las dos quería más. Prudente por naturaleza, Nasrudín evitó pronunciarse, pero ellas insistieron. Entonces, la más bella de las dos preguntó:

-Si las dos estuviésemos en una barca y ésta hiciera aguas, ¿a cuál de las dos salvarías primero?

Nasrudín miró a la más fea y le preguntó:

- ¿Tú sabes nadar, verdad?

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 15 NARUDÍN Y EL LADRÓN .

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15 Nasrudín y el ladrón.

15 NARUDÍN Y EL LADRÓN.

 

Una noche, Nasrudín regresó a su casa con su asno cargado de valiosos libros. Como le habían dicho que por la noche los ladrones asaltaban a la gente, iba armado con una espada en cada mano. Cuando estaba a punto de llegar a su casa, un ladrón le robó su asno y sus libros.

Al día siguiente, Nasrudín les contó a sus amigos cómo había sido el saqueo, cuando uno de ellos le preguntó cómo había permitido que le robaran estando armado con dos espadas. Nasrudín contestó que si no hubiera tenido las dos manos ocupadas se hubiera enfrentado a él.

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 14 NASRUDÍN Y LOS PASTELES.

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Adulto o pequeñín, saborea los cuentos de Nasrudín.

14 Nasrudín y los pasteles.

14 NASRUDÍN Y LOS PASTELES.

 

Una noche, Nasrudín estaba cenando con sus discípulos y discutiendo sobre el origen de las estrellas cuando, casi de madrugada, sus alumnos empezaban a prepararse para regresar a sus casas. Sobre la mesa quedaba un plato de pasteles, y Nasrudín les pidió que los acabaran antes de irse. Uno de sus discípulos se negó rotundamente a hacerlo. Cuando le preguntaron por qué, contestó que sin duda se trataba de una prueba a la que Nasrudín les estaba sometiendo para ver si eran capaces de controlar sus deseos.

Nasrudín escuchó estas palabras y le dijo que estaba muy equivocado. La mejor manera de dominar un deseo era verlo satisfecho. Es mejor que los pasteles estén en el estómago que en el pensamiento, que debe utilizarse para cosas más nobles.

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 13 EL ARTE DE CURAR.

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 Adulto o pequeñín, saborea los cuentos de Nasrudín.

13 El arte de curar.

13 EL ARTE DE CURAR.

 

En una ocasión, Nasrudín decidió aprender el arte de curar. Fue a visitar a un importante médico, que aceptó ser su maestro. Cuando llegó el primer paciente, tras examinarlo cuidadosamente, el médico le dijo a Nasrudín que podía curarse comiendo granadas.

Nasrudín se fue a ver al paciente y le dijo:

-Lo que usted necesita para curarse es comer granadas.

El paciente se enfadó mucho al verse atendido por un aprendiz y no tomó en serio el consejo. Francamente disgustado se fue sin ni siquiera pagar la consulta. Nasrudín se lo explicó a su maestro, que le dijo que esa vez sería él quien lo visitara. Llamaron al paciente y el médico le atendió; tras examinarlo de nuevo le dijo:

-Para curarte, necesitas consumir un fruto de cáscara dura, de color anaranjado con muchas pepitas en su interior.

Al paciente se le iluminaron los ojos y exclamó:

- ¡Estás hablando de granadas! Es lo que necesito para curarme.

Al cabo de unos días, el paciente se había curado. Con esto, Nasrudín aprendió que el remedio es la mitad de la curación, pero que la otra mitad es la respuesta de aquel a quien se quiere curar.

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LOS CUENTOS DE NASRUDÍN... 12 CONTRABANDO.

Adulto o pequeñín, saborea los cuentos de Nasrudín.

12 Contrabando.

12 CONTRABANDO.

 

Todos los días, Nasrudín cruzaba la frontera, con las alforjas del asno cargadas de paja. Como tenía fama de ser contrabandista, cuando por las noches regresaba a su casa, los guardas de la frontera le registraban escrupulosamente sin encontrar nunca nada.

Mientras tanto, Nasrudín se hacía cada día más rico. Un día decidió retirarse y se fue a vivir a otro país, donde se encontró con uno de los aduaneros.

-Ahora me lo puedes decir, Nasrudín. ¿Qué pasabas de contrabando, que nunca fuimos capaces de descubrirlo?

-Muy sencillo -contestó Nasrudín-, asnos.