Seguidores

domingo, 26 de noviembre de 2023

EL TEMPLO DE LAS ÁNIMAS. ESPECIAL NOCHE DE DIFUNTOS... 5 LA LEYENDA DE LA CALLE DEL NIÑO PERDIDO.

 

ESCUCHA EL AUDIO DE LA LEYEDA DE LA CALLE DEL NIÑO PERDIDO

Haz clic en el recuadro con flecha en la parte superior derecha




EL TEMPLO DE LAS ÁNIMAS. ESPECIAL NOCHE DE DIFUNTOS.


5 La leyenda de la calle del niño perdido.

A Alejandro Carmona
 por construir un Templo en las ondas,
llevando la magia y el misterio 
a todos los hogares.


Corría el año de 1659, don Adrián de Villacaña, un rico y poderoso caballero, zarpó de Europa hacia la Nueva España junto con su pequeño hijo Lauro. Los dos cargaban con el pesado dolor de haber perdido recientemente a doña Leticia, esposa de don Adrián y madre del niño. Por ello, el señor de Villacaña creyó que su hijo podría sobrellevar de mejor manera la pérdida de su madre si se cambiaban de continente.

 

El trayecto de España a América fue largo y tortuoso. Sin embargo, lograron llegar a las costas mexicanas. Lo primero que hizo don Adrián fue comprar una gran casa en el centro de lo que ahora es México, contrató sirvientes y adquirió todo tipo de animales exóticos. No obstante, el niño Lauro seguía triste y ensimismado.

 

El tiempo pasó y en un año, Lauro no había hecho ningún amigo. Don Adrián comenzó a preocuparse cada vez más por su pequeño hijo. Al mismo tiempo, el señor Villacaña fue diagnosticado con una rara enfermedad que le dejó con los días contados. La muerte no era lo que más le asustaba sino la idea de dejar solo y desamparado a su hijo. Así que decidió tomar una urgente medida: se casaría lo más pronto posible, así de esta manera, su hijo quedaría al amparo y cuidado de una madre.

 

Por las calles comenzaron a correr rumores: don Adrián buscaba una mujer para casarse, no importaba la edad ni la condición social siempre y cuando se comprometiera a cuidar de su hijo, pues a él le quedaba poco para el último viaje.

 

Muchas fueron las mujeres que se presentaron ante don Adrián, pero ninguna logró impresionarlo. Esto cambió al ver a doña Elvira, una hermosísima mujer de mirada altiva adornada por un hermoso cuerpo. Don Adrián, quedó prendado de ella y, como sabía que el tiempo le escaseaba, decidió pedirle matrimonio tres días después de conocerla.

 

Doña Elvira era famosa por su gran amor… al dinero, por eso a nadie le pareció raro que aceptara la oferta. Días después de la boda, la señora Elvira, fue a la casona para vivir con los dos varones. Sin embargo, el niño Lauro, después de conocerla tuvo un ataque de ira y le gritó a su padre que esa mujer no era buena, que quería que se fuera. Pero don Adrián no lo escuchó.

 

Pasaron los meses y la situación en la casa de don Adrián no mejoraba, es más empeoraba. Elvira y Lauro discutían todo el tiempo, se odiaban tanto que apenas podían verse. El día a día bajo ese techo se hacía más insoportable hasta que, el silencio se apodero de la casa ¿Pero qué es lo que había sucedido para que enmudeciese la casa?

 Algo terrible sucedió… El niño Lauro, había desaparecido.

 

Los sirvientes lo buscaron durante todo el día en la casa, en las calles de la ciudad sin encontrarlo. Al llegar la noche los criados dijeron a don Adrián que no encontraban al pequeño. Con la cara pálida, Villacaña entró a su recámara para decir a su esposa que Lauro no estaba, había desaparecido y que debían hacer algo. Sin embargo, la mujer, que estaba probándose costosos vestidos, apenas le miró, respondiéndole de manera déspota y grosera: “y a mí qué me importa”.

 

Don Adrián quedó horrorizado ante la respuesta de su mujer. A pesar de esto, decidió no perder tiempo e inmediatamente organizó un grupo de búsqueda. Salieron todos con antorchas gritando desesperados: “¡Lauro!, ¡Lauro!, ¡niño Lauro!, dónde estás?” … Un silencioso frío enmudeció las voces.

 

Don Adrián sufrió semanas de tortuosa angustia, seguía sin dar señales de vida el niño. Por el contrario, la señora Elvira andaba como si nada hubiera pasado, incluso hacía sus compras habituales y se paseaba por las calles con una sonrisa perversa que le retorcía el rostro. Al verla actuar así don Adrián, cayó en la cuenta del gran error cometido al elegir tal esposa y haber hecho caso omiso a las palabras de su hijo.

 

Una tarde, llegando al ocaso, no se sabe si por el dolor de la pérdida del niño Lauro, la enfermedad de don Adrián se aceleró gravemente. Apenas comía, las fuerzas le abandonaron, hasta que, sucedió lo que todos esperaban: don Adrián falleció con el triste dolor de no haber encontrado a su hijo.

 

Doña Elvira heredó las riquezas de su difunto esposo. Trató de aprovechar al máximo su dinero. No obstante, la gente no la miraba con buenos ojos, nadie la quería, incluso muchos la culpaban por las tragedias que habían destruido a la familia Villacaña.

 

Nadie asistía a las fiestas que organizaba doña Elvira, tampoco tenía amigos ni familiares que la visitaran. Esto provocó que, poco a poco la heredera se volviera loca.

 

Pese a que pagaba bien, pocos sirvientes querían servir a la señora de Villacaña, solo los más pobres lo hacían por pura necesidad, aguantando el sombrío semblante de aquella mujer de tan agrio carácter. Doña Elvira se había vuelto más fría e inaguantable.

 

Así transcurrieron varios años, la edad fue castigando el cuerpo de doña Elvira y poco a poco fue consumiendo lo que quedaba de aquella resplandeciente y hermosa mujer. Cada vez se aislaba más hasta que, un día, una de las sirvientas entró a dejarle el desayuno a la señora, pero ésta la tomó de las manos y comenzó a gritarle que la dejara en paz, que ella no había matado al niño. Segundos después, en un terrible ataque de locura, la señora Elvira se tiró por la ventana.

 

Nadie se explica cómo se encontró una llave caída en el suelo. La sirvienta, después de reponerse ante tal suceso, tomó aquel pequeño objeto metálico entre sus manos y lo apretó. Segundos más tarde, llegaron dos de sus compañeros de trabajo y le preguntaron qué había pasado.

 

La sirvienta estaba muda, solo pudo extender la mano y darles la llave. Los dos hombres intentaron abrir varios muebles y puertas secretas dentro de la casa pero con ninguna funcionaba hasta que, de pronto, una puerta que había permanecido cerrada se abrió sola, sin que nadie pudiera explicar cómo había sucedido.

 

Inmediatamente, una peste invadió el ambiente. Los criados tenían mucho miedo pero aun así se acercaron, en la habitación solo había un librero que resultó ser una puerta secreta. Cuando lograron abrirlo, encontraron un baúl. El olor espantoso provenía de ese lugar. Todos se armaron de valor y probaron la llave.

 

Al abrir el baúl, los hombres lanzaron un grito de horror, ¡ahí estaba el cuerpecito de Lauro! El pequeño estaba maniatado y con la boca amarrada con uno de los pañuelos de seda de doña Elvira.

Después de tal hallazgo y no quedar nadie de la familia vivos, la casa quedó cerrada deteriorándose noche a noche. La gente dejó de pasar por la fachada de la casona porque notaban como se les erizaban la piel, sintiendo a la vez un frío de ultratumba. Cuando sonaban las campanas dando la medianoche, dentro de la casa deshabitada se podían escuchar las risas o lamentos del niño Lauro… A partir de entonces, nadie quiso volver a aquel lugar y la calle fue apodada como La Calle del Niño Perdido.


LOCUTOR Y PRODUCCIÓN: SANTIAGO CERRO, EL GORRIÓN DE LAS ONDAS.


#elgorrióndelasondas
#relato 
#historia
#literatura 
#postcad
#rinconcitoparacompartir 
#charlandoenelrinconcito
#blogspot
#montandoalavida




domingo, 19 de noviembre de 2023

ADULTO O PEQUEÑÍN, SABOREA LAS SUTILEZAS DEL INIMITABLE MULÁ NASRUDÍN... 22 ESPOSA Y SECRETARIA.

ESCUCHA EL AUDIO DE ESPOSA Y SECRETARIA

Haz clic en el recuadro con flecha en la parte superior derecha


 Adulto o pequeñín, saborea las sutilezas del inimitable Mulá Nasrudín.

22 Esposa y secretaria. 




DICHO DEL MULÁ NASRUDÍN: Si sobrevivo a esta vida sin morirme, me sorprenderé…


Nota: En la página encontráis el texto completo, pero no dejéis de escuchar el audio del cuento, os sorprenderá, muchas gracias.

Con tu secretaria a tu mujer no debes de engañar,
porque con el sacapuntas te puedes encontrar.


22 ESPOSA Y SECRETARIA.


-Tienen una interesante costumbre en Inglaterra -dijo Nasrudín- y me gustaría copiarla.

-¿Qué costumbre es ésa?

- Los hombres de negocios se llevan a sus secretarias a París y fingen que son sus esposas.

-¡Pero si tú no tienes secretaria!

-He pensado en eso. Lo único que tengo que hacer es llevar a mi mujer a París y decir que es mi secretaria.


Y si escuchas hasta el final... Una sorpresa encontrarás.


#elgorrióndelasondas
#relato 
#historia
#literatura 
#postcad
#rinconcitoparacompartir 
#charlandoenelrinconcito
#blogspot
#montandoalavida





domingo, 12 de noviembre de 2023

CARTA A UNA HIJA RESUCITADA

 ESCUCHA EL AUDIO DE CARTA  A UNA HIJA RESUCITADA

Haz clic en el recuadro con flecha en la parte superior derecha







CARTA  A UNA HIJA RESUCITADA


A Miguel Jaldo, por la futura llamada
y porque lo prometido es deuda.
A todos los padres y madres 
que se ven ante Salomón
desgarrándose el corazón...


Carta a una hija resucitada

 

Querida y resucitada Irene:

 

El motivo de la presente, es soltar de este herido corazón, lastre caducado, venenos del pasado, palabras que fueron puras cuchilladas, sentimientos envueltos en lágrimas que el destino con creces se ha cobrado y, por supuesto, agradecerte aquella milagrosa llamada en la que nuevamente volviste a formar parte de mí.

 

No pude ver el milagro de tu primer momento, ese mágico instante que fue tu nacimiento. Quise entrar a recibirte, pero, aquellos eran otros tiempos, los doctores de La Paz no me lo permitieron. Me dolió mucho no asistir a tu alumbramiento porque eras mi pedacito de cielo viniendo a la vida, mi más hermosa esperanza para seguir conjugando futuros verbos, pero…

 

Sin embargo, más suerte tuve con tus hermanos. A su recibimiento sí me dejaron entrar. Siempre recordaré esos primeros momentos llegando a la vida, sí, allí estuve yo, han sido los instantes más hermosos de mi existencia, ver vida, saliendo a la vida. Gracias por esa magia y gracias por haberme elegido a mí; a veces pienso que no os merezco pero… La verdad, siempre he hecho todo lo posible por mostraros las cosas más importantes, según mi criterio, por enseñaros a ser buenas personas en este difícil camino. En este momento, la verdad, me siento orgulloso al ver el resultado, porque la verdad mucho, mucho os quiero.

 

Irene, tu fuiste en mi vida el primer milagro, todo un gran regalo ¡cómo disfruté esos momentos! Pero, como has podido ver. la vida no es como uno desea, si no como el destino te lo plantea, él nos cambió de rumbo, solo te puedo decir que lo siento mucho, no era esa mi intención, pero …. Pasó lo que pasó. Me quedo simplemente los buenos recuerdos: tu luminosa y alegre sonrisa de estrellita. El tete que siempre adornaba tu carita, con esos paseos por el Burgo Centro (tú quizá, no, pero yo sí los recuerdo) íbamos juntos de la mano, siempre igual, caminando con el Fraguel sobre tus bracitos ¿creías que me había olvidado? Pues no Irene, no puedo olvidar estos tesoros que forman parte de mí, y es que cariño, tú eres un pedacito de este corazón partido, sí, te lo repito, siempre has formado, formas y formarás parte de él.

 

El destino nos trocó la vida, un inesperado y amargo momento nos separó. Tres añitos tenías, tres, tres mil lágrimas lloré al tener que dejarte de ver. Quizá debí tomar una distinta decisión, pero quién sabe, es difícil el presente como para volver a intentar un pasado diferente. Y es que no podía consentir verte como un objeto, una moneda de cambio, tú no eres eso, no hija, no. ¿Quién es el culpable? Jamás lo sabré. La verdad, no culpo a nadie, fue cosa del pasado, esos odios y rencores que afortunadamente ya pasaron. No me gustó lo que vi, decidí no sufrir más y que tu madre disfrutase de ti. Entonces me alejé, negras nubes lloré al partir conjugando el verbo morir. Sí, así de duro fue el doloroso epitafio que escribí: “Mi niña, hasta los 18… Y no lo olvides que mientras tanto debes de ser feliz”.

 

Fue un presentimiento, porque justo a esa edad, recibí tu llamada, Irene, volví a llorar, pero de alegría, créeme que la emoción me embargó al oír tu voz, 15 años es mucho tiempo de lapidario olvido, sé que a ti te pasó lo mismo, niña, eres mi hija, has heredado muchos gestos míos, no me lo puedes negar.

 

Gracias, por haber elegido los consejos de tu corazón, no te importe que alguna vez te hayan fallado, para el aprendizaje es la moneda de pago. Hoy te escribo, después de haber pasado tantas hojas de calendario, hoy que por fin hemos charlado. Han sido momentos en que el Nirvana, comparado contigo, me ha parecido un simple caramelo. Escuchando tu voz, te miraba y me decía en los adentros: cómo ha cambiado, era una beba y ahora toda una gran mujer y es que en 15 años avanza mucho el tren. Gracias una vez más, por esa bonita charla, eres una persona que sabe lo que dice y quiere, gracias por tus besos de dulce miel, gracias por tus abrazo que calentaron a mi herido corazón, gracias por el paseo agarrados de la mano, gracias por la sensación que no sentía desde hacía tanto...

 

Hija, te pido perdón, por no haber estado a tu lado en el pesado pasado y es que algunas veces somos por la vida muy maltratados. Tuve que tomar una salomónica decisión, porque dividirte en dos nunca es una buena solución.

 

Vuelvo a agradecer el regalo de vida que me diste, en esos inolvidables momentos de ilusión, ellos fueron los que hicieron nuevamente latir mi corazón. Te amo, Irene, te quiero una jarta, hasta el infinito y más allá, me consuela que lo pasado te servirá para cuando seas madre, sé que las carencias afectivas que sufriste, ellos nunca las pasarán.

 

Espero que me hayas comprendido, mi hija resucitada, si en el pasado te enterré, fue por no sufrir más ninguno de los tres, quizá me equivoqué, pero lo que sí puedo asegurar es de lo orgulloso que me siento de ti, contemplando la gran mujer en que te has convertido, tú sola, sin mi ayuda, tú sola, con un gran esfuerza. Me hubiese gustado haber estado a tu lado en todos los malos ratos que has pasado, pero ya ves… no pudo ser. Confío que una nueva luz premiará ese pesado con el amor que te fue negado.

Irene, ya sin más de ti se despide este padre que tanto te quiere, deseando poder vernos más a menudo, tú y yo solos, aunque no venga ese tal menudo.

 

Tu padre: Santiago Cerro, el Gorrión de las Ondas.


#elgorrióndelasondas

#relato 
#historia
#literatura 
#postcad
#rinconcitoparacompartir 
#charlandoenelrinconcito
#blogspot
#montandoalavida


domingo, 5 de noviembre de 2023

EL TEMPLO DE LAS ÁNIMAS. ESPECIAL NOCHE DE DIFUNTOS... 3 LA LEYENDA DEL CHARRO NEGRO.

 

ESCUCHA EL AUDIO DE LA LEYENDA DEL CHARRO NEGRO

Haz clic en el recuadro con flecha en la parte superior derecha





L TEMPLO DE LAS ÁNIMAS. ESPECIAL NOCHE DE DIFUNTOS.


La leyenda del Charro Negro


A Alejandro Carmona
 por construir un Templo en las ondas
llevando la magia y el misterio
a todos los hogares.

Para la princesa yucateca Aktis
por su gran sabiduría
y la bella poesía. 


Cuenta la historia de un espectro que alguna vez fue hombre y que, por su permanente ambición, fue condenado a sufrir los tormentos del infierno y a ser el cobrador de quienes, como él, tienen deudas pendientes con el diablo.

Estoy hablando de: 

La leyenda del Charro Negro


Cuando el sol comienza a esconderse y las gallinas trepan los árboles para dormirse, las madres meten a sus hijos, las puertas de las casas son atrancadas y los viajeros apresuran el paso mientras rezan. Nadie quiere encontrarse, con el Charro Negro.

 

    El Charro es un ente que toma el nombre por su atuendo. Siempre que se aparece, viste un elegante traje de charro color negro con detalles de oro o plata. Cuando se aparece en la noche se le puede ver montado sobre su caballo: un gran animal cuyos ojos son dos bolas de fuego que parecen hurgar en el alma de la víctima.

 

Los citadinos tenemos suerte pues el Charro Negro sólo acecha en las lejanías de la urbe y se presenta ante aquellos que viajan solos.

 

Dicen, que es porque los solitarios son una presa fácil. Quizá sea por el miedo que sienten y que a veces los incita, a tomar malas decisiones.

 

Pero, ¿sabías que aquel espectro alguna vez perteneció al mundo de los vivos? La leyenda del Charro Negro cuenta que se trató de un hombre traicionado por su propia ambición y avaricia.

 

El Charro provenía de una familia humilde. Sus padres, aunque lo amaban, nunca pudieron cumplirle sus caprichos. Al Charro siempre le gustó ir bien vestido, a veces incluso, no comía durante días para ahorrarse unos pesos y con lo juntado, poder completar para comprar un buen sombrero.

 

Sin embargo, estaba cansado de su indeseada pobreza. Por más que trabajaba, el dinero nunca le alcanzaba y tenía que andar todo el día con las manos llenas de tierra.

 

Tiempo después, murieron sus padres. Al quedar solo, la miseria del Charro aumentó considerablemente por lo que tomó una decisión que cambiaría su vida: invocar al diablo para pedirle riqueza.

 

No se sabe cómo lo consiguió, pero finalmente, Lucifer se apareció. Aquella entidad supo leer los ojos y el espíritu del hombre que lo había convocado, así que de inmediato le ofreció cantidades de dinero que ni siquiera en dos vidas podría gastar. Lo único que pedía a cambio, era su alma.

 

El Charro, en ese entonces era altivo y valiente así que la Estrella de la Mañana no había logrado asustarlo y aceptó.

 

Pasó el tiempo y poco a poco la juventud del Charro comenzó a despedirse. De repente, se dio cuenta de que estaba cansado de gastar sus riquezas en mujeres, apuestas, vino y costosos trajes. A la vez, una sensación de soledad le oprimía el pecho, tanto que apenas lo dejaba respirar. Nadie lo quería por lo que era, sino por las riquezas que poseía.

 

El Charro ya se había olvidado de aquel trato que lo maldijo eternamente. Por eso, cuando se le apareció el diablo para recordarle que la hora del cobro estaba cerca, se asustó como nunca.

 

El terror invadió a nuestro protagonista hasta el último rincón de sus entrañas. Recordó su deuda y, por cobardía, comenzó a ocultarse. Mandó al personal de su hacienda a poner cruces por toda su propiedad y a construir una pequeña capilla.

 

No obstante, el recuerdo de la deuda pendiente no lo dejaba dormir ni disfrutar de los pocos meses que le quedaban de vida. Así que, en un arranque de miedo tomó a su mejor caballo junto con una bolsa que contenía unas cuantas monedas de oro que aún no se había gastado. Emprendió el viaje durante la noche, para que nadie lo viera huir.

 

Sin embargo, el diablo se dio cuenta de que el Charro faltaría a su palabra así que volvió a aparecer frente al jinete y su caballo pero esta vez, con el fin de llevárselo.

 

—Iba a esperar a que murieras para cobrar la deuda que tienes conmigo, pero, como te ocultas cobardemente, te llevaré ahora —dijo el diablo.

 

El Charro no tuvo tiempo de responder. Cuando se dio cuenta, su caballo, encabritado, trató de patear al demonio pero era tarde, los brazos de su amo habían comenzado a secarse y su carne a desaparecer. Solo le quedaba el ajuar de Charro encima de los huesos blanquecinos. Entonces el diablo volvió a hablar:

 

—Veo que tu bestia te es fiel, por eso ha de ser maldita igual que tú y condenada a acompañarte en tu viaje hacia el infierno. Aunque, de vez en cuando, quiero que hagas algo por mí, cobrarles a mis deudores. Si haces bien tu trabajo, dejaré que el hombre que acepte esa bolsa con monedas de oro que traes, tome tu lugar.

 

Desde entonces, aquel hombre fue condenado a sufrir incontables tormentos en el infierno y a salir de ahí solo para cobrar a quienes tienen deudas pendientes con Lucifer. Todo esto con la esperanza de que una noche, algún viajero, traicionado por su avaricia, tomé su lugar. Solo así, el Charro Negro y su caballo podrán descansar en paz. 


LOCUTOR Y PRODUCCIÓN: SANTIAGO CERRO, EL GORRIÓN DE LAS ONDAS.


#elgorrióndelasondas
#relato 
#historia
#literatura 
#postcad
#rinconcitoparacompartir 
#charlandoenelrinconcito
#blogspot
#montandoalavida