La enfermera

La enfermera
He tenido que ir al hospital para una revisión rutinaria por causa de mi reciente ingreso, es para ver como estás después del alta y como estudiarte más a fondo para el tratamiento.
El hospital la verdad está bastante bien, es nuevo, el personal es muy amable, excepto como casi siempre, el personal que lleva el tema burocrático, por padecer el síndrome del poder de la ventanilla.
Los hospitales no es que me gusten mucho, la verdad nada, pues ves a gente que está jodida y eso no es agradable, aunque siempre que tengas a alguien ingresado no debe de faltar, jamás, una visita para que se sienta arropado por sus seres queridos.
La verdad, lo que más me gusta de los hospitales, son las enfermeras, porque te tratan con cariño, están pendientes de ti y sobre todo, porque me da mucho morbo, esa vestimenta tan sexy, con su liguero blanco, su minifalda, su cofia con la cruz roja. No puedo evitarlo y es porque me gusta tanto el cine y claro sigo de cerca las pelis en que aparecen enfermeras: “Enfermo que es la pera pone vara a la enfermera” “Enfermo con inyección pone a la enfermera en posición” bueno y un montón de títulos más, os recomiendo este ciclo porque así aprenderéis a jugar a la enfermera y el enfermo.
Tras unos interminables pasillos encontré la consulta, pacientemente me senté a esperar mi turno, no falla, te citan a las 11 y entras a las 14, esto sigue funcionando bien. De repente se abrió la puerta y una carita angelical, con unos ojos que alumbraban más que el faro de Vigo, y con esos carnosos y rojos labios acarició mi nombre con su lengua “Está el profesor Santi el montador”. Mis lacrimales empezaron a humedecerse y con voz de querubín le dije:”Señorita enfermera, estoy aquí para servirla”, “De momento tengo asistenta, pero el día que deje mi casa me pensaré su oferta”. La tengo en el bote, por Dios que muslos, ni en casa de ricos ponen unos así en el cocido, ¡como está mi prima¡
Dócilmente la seguí a la consulta, no paraba de mirar su figura y es que esto es lo que me hace falta a mí para mejorar, una buena mujer, no, no, mejor una mujer que esté buena ¡a tomar por culo la mierda de las pastillas, esto si te pone ….bueno del todo¡
Una vez dentro y mirándome a los ojos “Vamos a tomarle la tensión” “Linda señorita en estos momentos, la verdad la tensión la tengo muy tensa, si usted me da su teléfono tendríamos menos tensión” Ella echo unas risas que me hicieron ver el cielo y el bonito pecho gracias a su generoso escote. Parece que estamos rompiendo el hielo, ya solo faltan los wiskises, porque con la camilla podemos arreglarnos.
“Bien ahora vamos a pesarle” “Señorita para que el peso sea perfecto ¿me tendré que desnudar verdad?” “No es necesario, haga el favor de quitarse todo el peso que lleve encima, y déjelo en esta mesa” Vi la gloria, una simple enfermera va a arreglar mi vida, que me quite todo el peso de encima. Sin dejar de mirarnos fui introduciendo mi mano en el bolsillo y depositando uno a uno mis objetos personales encima de su mesa y cuando no me quedaba nada más le dije “Señorita ¿de verdad puedo dejarle lo que más me pesa?” “Pues claro profesor” “Que alivio, le dejo la hipoteca, el préstamo del taxi, el del televisor, el del coche, los malos rollos de mi pareja, las malas contestaciones de mis hijos, el …” “Eh oiga, eso no, aunque le pese mucho eso forma parte de su peso, póngase en la báscula que ya está usted listo”
Me cago en toa mi raza, joder, con la carita de ángel que tiene, con lo buena que está, y es que ya me extrañaba a mí que la seguridad social hubiera avanzado tanto desde que no venía. Con cara triste recogí mis pertenencias y seguí las indicaciones de la enfermera “Salga a la sala de espera y cuando le llamen entra a consulta” “Muchas gracias señorita enfermera, pero no voy a entrar, no quiero volver a ilusionarme, ustedes no van a poder curar mi mal, utilicen mi tiempo para otra persona por la que de verdad puedan hacer algo”
Y es que por mí ya hizo bastante ilusionarme y desilusionarme, la verdad es que esto parece que sigue igual, todo lo arreglan con pastillas.
Este post está dedicado con mucho cariño a mi enfermera favorita, que no desilusiona pero que está muy buena, y es que tengo un amigo que tiene muy buen gusto.