La extraña pareja

La extraña pareja

La necesidad obliga, no sé si económica o de soledad. ¿Qué hace un taxista sólo? salir a trabajar en esas horas de fin de semana donde la gente, que generalmente lo pasó mejor que tú y casi siempre van alegres, dando tumbos, medio dormidos perjudicados por alabar tanto a Baco. En estas meditaciones iba, cuando una pareja me levantó la mano.

Eran muy extraños, se les veía tan diferentes, pero había algo, no sé que era, pero parecía que estaban muy unidos. Él parecía ciego, llevaba gafas de sol, una raída gabardina, rara muy rara porque también me pareció nueva, movía la cabeza como buscando algo, pero sin saber que cosa, se le veía caminar decidido pero despistado. Ella era preciosa, un pelo rubio, largo muy cuidado, vestía una ropa muy actual, tan actual que no la había visto nunca. Con un generoso escote, lucia unos pechos redondos, turgentes, preciosos. Sobre unos lindos zapatos de tacón, en un rojo luminoso que invitaba a elevar tus pensamientos hacia el pecado, y también a sus esbeltas y perfectas piernas coronadas por una minifalda, mínima expresión, ¡Dios como puede haber mujeres tan perfectas¡ no será que aún no he despertado, todavía recuerdo su figura, el día que me haga arquitecto seguiré su belleza para alcanzar la perfección de mi obra maestra.

Subió la chica dejando ver sus preciosas piernas, ella sabía lo bonitas que las tenía y generosamente las lucía. Después entró él, se golpeó en la cabeza, estaba muy despistado, ella le intentaba guiar en todo momento, aunque él iba a su aire.

¿Buenos días, dónde desean ir? Siga y ya le indico, tiene que hacer dos paradas, primero bajaré yo. Dijo el despistado y ciego señor. Proseguí la marcha, con mis dudas, pero ¿cómo me va a indicar este señor, si parece que no ve? ¡Señor lo que tenemos que pelear¡

A los pocos metros ¡Pare, paaareeee¡ aquí creo que me quedo, no lo sé, digo yo que debe de ser aquí y si no es aquí pues tendrá que serlo. Abrió la puerta, salió tropezó con la acera, casi cae, pero siguió, intenté mirar por el retrovisor la reacción de ella, pero ni se inmutó, no le miraba se estaba con sus lindos ojitos colocados en su espejito pintándose los labios de un brillante carmín. Volví la mirada hacia el hombre pero había desaparecido, no le vi por ninguna parte, ¡no es posible si estaba aquí¡

¡Cariño (me dijo la linda rubia) quiero enseñarte una cosa de Madrid que seguro no has visto nunca¡ Ve hacia Vallecas conoces el parque…. Allí vas a parar, me acompañaras, si tú quieres, me gustas mucho y te voy a enseñar algo que nunca le enseñé a nadie. Tú me necesitas bastante en estos momentos y …no quiero que me olvides nunca, porque siempre estaré a tu lado, aunque no lo creas.

No sé como llegué, os lo juro, el tiempo voló, pasó a ser tiempo pasado, tiempo pasado. El parque olía a rocío y yerba fresca, la luz quería asomarse perezosamente. Ella me tomó de la mano, ¡que sensación más alucinante¡ que calor tan especial trasmitía.

Nos sentamos en la yerba, nos miramos a los ojos y sin saber como, nuestras caras se acercaron, sus labios empezaron con un ligero roce y luego, apasionados movimientos que nos quemaron en puro deseo y así continuamos con apasionadas caricias ¡ese pelo, esa piel suave, esa miel de tu cuerpo, ese néctar de tu boca¡ Cuanto tiempo sin experimentar deliciosas caricias, empezamos a quitarnos la ropa, ¡que sensación, el fresco rocío y el calor de nuestros cuerpos¡ Hicimos el amor, no se como ni de cuantas formas diferentes, ¡dibujamos el universo de nuestra unión¡

Exhaustos de amarnos las primeras luces empezaron a iluminarnos, tus ojos brillaron de una forma muy especial: “Santi, no te enteras de nada, has crecido en edad, pero todavía sigues siendo un inocente. Te voy a contar un secreto que nunca he contado a nadie, conste que te lo cuento a ti porque lo necesitas muchísimo mi amor. Mira, el hombre al que dejamos, ese que no sabías bien si era o no era, si iba o si venía, en fin una perfecta contradicción, recuerda que desapareció, ¿sabes quién era? Él es el futuro y volverá, pero no sabes como. ¿Lo has pasado bien conmigo, me has disfrutado, me has amado? Bien mi inocente amigo, siempre debes de seguir haciendo lo que has hecho hoy conmigo ¿sabes a lo que me refiero? A disfrutar, disfrútame durante toda la vida, siempre acuérdate, siempre, siempre, en todo momento, gózame porque mi nombre es PRESENTE. No estés esperando a mi amigo el FUTURO, ¿sabes como vendrá, a que no? Puedes imaginar o desear como quieres que venga, pero ya lo vistes, no tiene control y tú no podrás cambiarle.

Me quedé desnudo en la hierba con las primeras luces del alba y ella desapareció, pero me dejó con una muy agradable sensación para toda la vida y sobre todo con una lección que os quiero dar también a vosotros GOCEMOS EL PRESENTE CON TODA INTENSIDAD, PORQUE EL FUTURO ES IMPREDECIBLE.