Al fin encontré a Soloputa

Al fin encontré a Soloputa

¿Quién es Soloputa? Es una personita que tiene un blog que os recomiendo leáis. Ir sin miedo y sin estrechura ninguna, no muerde, atreveros a visitar blogs distintos, es bueno aunque no participéis de sus ideales, siempre que dichos ideales no hagan daño a los demás, este desde luego no va de hacer daño a nadie, es de dar placer y eso es muuuuuuuyyyyyy bueno.

Hay una fotos muy seductoras, no son guarras aunque lo parezcan, están muy bien realizadas, bien de luz y una composición ideal, enhorabuena al fotógrafo, uf y a la modelo que decirle, que me he pedido una igual para los Reyes Magos y los muy cabrones me han dicho que cuando nació ella rompieron los moldes, el próximo año le pido al viejo gordo vestido de rojo. También tiene un pequeño texto, pero muy sugerente, porque me parece difícil la utilización del lenguaje erótico, dejarte la miel en los labios y con ello obligarte a comentar.

Bueno he llegado a admirar tanto a Soloputa que no he tenido más remedio de ir a su encuentro, siguiendo las pistas que da en su blog he tenido que buscarle en infinidad de ministerios y por fin la encontré en el Ministerio de………. me pareció mentira dar por fin con ella, cuando me acuerdo de ese momento se me caen las lágrimas.

Entré en el ministerio de…. con verdaderos nervios, el primer lugar donde busqué fue donde sueles encontrar a casi todos los funcionarios, en la cafetería, porque casi siempre están desayunando, mi Soloputa no es de esas, es muy currante, no estaba allí, me desplacé al ascensor para ir buscando por cada planta, por cada despacho, por cada rincón.

Las puertas del ascensor se abrieron y ¡oh sorpresa¡ unos zapatos negros de tacón, unas medias de rejilla y una miniminifalda muy mini, uf que piernas, que caderas, que escote, me encantan tus pechos y que labios más carnosos y rojos como tus generosa y ajustada camiseta, con ese esplendido escote. Nos miramos, nos sonreímos, nuestros rostros se acercaron poco a poco, empezamos a sentir nuestros alientos, se humedecieron los labios y a ti se te humedecieron hasta los verticales. Fue inevitable, nos besamos con una locura como si el tiempo se nos acabara en esos momentos, nos abrazamos con fuerza y nos lanzamos para fundir nuestros calientes cuerpos, tal fue el impulso que dimos a nuestros cuerpos que rompimos la botonadura del ascensor, la luz se apagó, dejo de subir y empezaron a saltar chispas, pero nosotros estábamos agitándonos compulsivamente, no sabia si las chispas eran del ascensor o de nuestros cuerpos, ¡aaaaaah¡ cada vez la respiración era más agitada, nuestras cinturas se movían aumentando el ritmo, los gemidos eran más fuertes y por fin llegó el oréganoooooooo , nos pareció oír una voz de arriba, será Dios que nos quiere felicitar por alcanzar la gloria, pero la voz nos dijo: Tranquilos que ahora les bajo,. Me caguen su padre, no era Dios, es el puto ascensorista, será posible, en mi casa se estropea el ascensor y estamos dos meses sin ascensor y aquí con lo bien que no lo estábamos pasando el pedazo cabrón nos corta todo el rollo. Las puertas se abrieron ella salió corriendo y desapareció entre el gentío, y yo salí corriendo y cojeando creí que me había roto el pie, pero no es que iba con las medias de Soloputa puestas y con un zapato de tacón. De repente, un segurata calvo, con barba y barriga cervecera venía amenazante gritando ¡ehhhhhhh, ven no corras, vuelve, ven¡

Pies para que os quiero, no conseguí detenerme hasta llegar al taxi. Llegué desnudo de cintura para abajo, eso sí, con esas lindas medias de rejilla y como la Cenicienta con su zapatito negro de tacón.

Ahora Soloputa estoy como el príncipe del cuento, buscándote, probando tu zapato a todas las mujeres que encuentro por los ministerios, excepto en la Moncloa, porque mira que si le vale el zapato a de la Vega, joder me quemo a lo bonzo.

Y ahora también me pregunto si no será Soloputa el segurata, y por eso me pedía que parase, o quizá venía por mi porque me colé en el ministerio sin pasar por el control. La verdad estoy hecho un lio.

Por favor si me estás leyendo Soloputa te ruego me digas quien eres, ¿el segurata o la chica del ascensor? Si no fue ninguno de los dos, me gustaría encontrar a esta maciza funcionaria, quiero volver a sentir ese caliente y sabroso cuerpazo.

¡Soloputa repitamos, en tu casa o en la mia¡