
Palabras perdidas
Se le hicieron callos de hierro en el corazón. Es tanto tiempo marcado por la soledad, siempre acompañado de nadie, la misma rutina, pero amanece que no es poco y lo mejor, no tiene a nadie que le haga daño.
Mientras, su vida discurría como siempre, sumergido en esa rutina que como río te conduce a donde quiere.
Y ahora en esta noche mágica después de tanto tiempo se ve en esos brazos, con esa piel arropándole, y ese olvidado calor, esa piel mojada de deseos, con ese perfume de mujer que recorre sus sentidos. No lo puede creer.
Todo va bien, sí ahora va bien, sin líos, con ojos en todos los lados, sin equívocos, con un intercambio de caricias un regalo de compañía, y los besos se destapan con ese sabor especial olvidado.
Todo va bien, muy bien, pero su mente sigue no se donde, porque le mira a los ojos e intenta ver en su corazón y cuando parece que le empieza a ver escucha de los labios de ella una palabras extrañas, olvidadas, son unas palabras perdidas: TE AMO.
Te amo, si acaba de conocerle y le dice eso, se quedó inmóvil, no supo que hacer, ni que contestar, porque la última vez que creía en esas palabras le costaron muchos años de convivencia, de lucha, de cariño, de amor y ahora así tan fácil, se acaban de conocer, y le dice las palabras perdidas, deberá buscarlas en los adentros del diccionario del alma y recuperarlas para su vida o deberá olvidarlas para siempre, quizá la gente no sepa utilizarlas, pero a él lo dejó inmerso en la soledad de sus palabras perdidas.