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sábado, 21 de septiembre de 2024

PARA SALIR DE LA IGNORANCIA Y EL ENGAÑO... LEE LIBROS DURANTE TODO EL AÑO: 15 EN LAS CALLES DE FEBRERO. JOSÉ MARÍA ANDREO.

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PARA SALIR DE LA IGNORANCIA Y EL ENGAÑO... LEE LIBROS DURANTE TODO EL AÑO.


15 En las calles de febrero.

Autor: José María Andreo.


A ti Mari, que aguantas mis calmas y mis tormentas
y, cómo no, mis indecisiones.



PRÓLOGO

UN HOMBRE CUALQUIERA

Los caminos de la historia de la literatura han sido transitados a menudo por gentes cuya biografía, en sí misma, fue un acto poético, grandilocuente e idealista. Así recordamos a Byron, por ejemplo, camino a Grecia para combatir al Imperio otomano o el <preferiría no hacerlo> de un jovencísimo Rimbaud que escogió el silencio y el tráfico de armas a seguir en el mundo, a veces impostado, de la escritura. Sin embargo, en José María Andreo encontramos a un hombre cualquiera, con una vida cualquiera, que sufre, ama y expresa el descontento con su tiempo como cualquiera. Nacido, como otros muchos, en unas calles de febrero donde los caminos que lo regresan a la casa de su infancia hoy ya ni siquiera existen. Y es que la tierra, el humo, el polvo, la sombra y la nada son los lugares comunes que nos esperan a los nadie. Y José María Andreo parece ser consciente de ello: los días borrarán nuestro ser como la huella del charco, razón por la que sus versos se alejan de pretensiones y apariencias, de signos de artificiosidad retórica o elevaciones filosóficas. Es sencillo, su poesía nace desde la verdad, muestra lo que es él y, por extensión, lo que somos nosotros.

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En este viaje, el lector partirá desde esa infancia feliz y plena que es el amor, pasará fugaz por una adolescencia divertida y rebelde, y arribará al final del mundo, a veces desconsolado, de los adultos. Tal vez, la ruta que traza José María Andreo tiene mucho que ver con aquella casa de su niñez que fue desapareciendo poco a poco y que hoy solo vive en su memoria y en algún que otro poema. Pero solo talvez.
La cuestión es que esa efimeridad lo ha convertido en un hombre común que se entrega con pasión y devoción a la existencia, que se ancla a la verdad y que, a pesar de los infortunios, es capaz de gritar con fuerza que <el niño más feliz del mundo sigue aquí>. Es su anhelo de permanencia. Es su escondite frente al vacío que nos aguarda. Vale.

Ismael López Gálvez
Filólogo hispánico


MALDICIÓN

Aquí, si no vas a estar aquí
a cada minuto, a cada segundo,
tenerte será una maldición.
                                 Motivo
por el que te buscaré en sueños
y gritaré tu nombre.
Háblame, que mudaré
hasta ser un suspiro.
Entre sábanas de raso,
aguardaré encontrarte
aun en mis húmedos desiertos.
Eres la mujer que me vive
cuando necesito sentirme vivo.


SOLO QUIERO SOÑAR

Solo quiero soñar
y soñar con viajar
y viajar contigo
a los lugares
que no viajamos.
Solo quiero soñar
que en la oscuridad
es noche
y que estoy cerca
incluso en tus ausencias.
solo quiero soñar
que soñamos
bajo una playa desierta
y asirte de los dedos
y bañarnos desnudos
y desnudos besarnos.
Escribir luego un te quiero
en la tierra húmeda
                                       antes
de que nos borre el agua.


SI ES POR QUERERTE, TE QUIERO

Esperé sentado en tu regazo
noticias de nuestro amor
no es en vano.
Dicen las malas lenguas
que el querer se demuestra.
Pero no poseo oficio ni lo pretendo;
solo sé que mis ojos al verte
dibujan estrellas en la noche
y que iluminan la vida
de dos náufragos
que arribaron ya a un buen puerto.
Mira lo que mi boca calla.
Escucha cómo te miro:
no paro de gritarte
                                todo lo que te quiero.


AMO

Amo a la vida
como te amo a ti:
reine la noche
o el sol se imponga;
sea entre semana,
sábado o festivo.
Cuando te miro,
te amo a ti,
amor mío.
La manera no importa;
las formas sí.
Nadie podrá dañarte
si te ama como yo,
razón por la que
a cada instante
me enamoro.

Me enamoro
de tus ríos,
de tus montes,
de tu orografía.

Me enamoro de ti,
de tu olor,
                  de tu cielo,
                  de tu color.


SOROLLA

Nunca imaginé
que fueras tú esa ola
que bañara mi orilla,
esa espuma blanca
que me acaricia
suavemente.
Nunca imaginé
que la luz de la tarde
llenara ese horizonte
que el sol pintaba
para nosotros.



ESCUCHA EN EL AUDIO EL RESTO DE POEMAS DE: EN LAS CALLES DE FEBRERO


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