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lunes, 21 de noviembre de 2022

13 PROGRAMA DE PABLO G. DEL AMO SEGUNDA PARTE. BLOG MONTANDO A LA VIDA.

ESCUCHA EL AUDIO DE PROGRAMA DE PABLO G. DEL AMO SEGUNDA PARTE. 

Haz clic en el recuadro con flecha en la parte superior derecha 


Si tenéis problemas para abrir el audio os mando el enlace a utilizar: 

https://drive.google.com/file/d/13gzJHxBQUAUP_cGl_cFroS9GV_l8rCnj/view?usp=sharing


13 Programa de Pablo G. del Amo segunda parte. Blog Montando a la vida.


DON SANTIAGO DE LA MANCHA



El perfumado programa que tanto engancha...

Cuando te corten el camino, salta la cuneta y a pie descalzo, tira por el campo, creando una nueva vereda... Llegará un momento  que los tréboles acariciaran tus pies...

Don Santiago de La Mancha el Gorrión de las Ondas.


Nota: En el audio escucharéis el programa entero, los textos de la página son un pequeño resumen a nivel informativo, no dejéis de escuchar el programa radiofónico os sorprenderá, muchas gracias.


Programa de Pablo G. del Amo segunda parte. Blog Montando a la vida.



. En el libro de Manuel Hidalgo, Pablo G. del Amo montador de sueños, está la parte titulada Historias de un superviviente, preciosa por el contenido y el continente, están las letras tan bien ligadas que crean de la historia una bella narración. Vamos a disfrutar de este especial y único relato de la vida del montador de sueños…





HISTORIAS DE UN SUPERVIVIENTE

I

Te ves en el Montija (hoy Condado), de muy pequeño, un jueves, que no había colegio, por la tarde. La entrada te costaba, poco más o menos, treinta y cinco céntimos. Por ese precio te daban también un bocadillo de jamón (a duro estaba el kilo) en una barrita de pan de Viena y una gaseosa con una bola de tapón que había que empujar para adentro con el dedo para dejar pasar el líquido y beber. Todo ello iba envuelto en un papel de seda blanca. Aquellas tardes de jueves fueron el comienzo de tu afición por el cine. Echaban películas de vaqueros, de caballistas, de Buck Jones, de Tom Mix, de Fu-Manchú, de policías y ladrones. Casi siempre norteamericanas, subtituladas en castellano. También ibas a los cines de verano, que no eran una moda, sino un modo de divertirse y estar al aire libre. Will Rogers, el granjero, Judy Canova, tan cómica, Eddie Cantor, el hombre-ratón. Lo que no soportabais los chicos de tu edad eran las películas de amor. Un tostón. Ni teníais edad ni eran tiempos para el amor.







IV

No conociste el mar en las mejores condiciones, francamente no, Pablo. Ibas en tren, camino de Tarragona, donde habías de coger un barco con destino a la Unión Soviética, a Rusia, como hemos dicho siempre los que nacimos en la España de Franco. Socorro Rojo Internacional había organizado la expedición, para sacar del Madrid acosado el mayor número de niños. Os concentraron en una iglesia de la calle Ayala. Un día y toda una noche bajo el estupor de un bombardeo. Erais unos sesenta niños, todos con un cartelito prendido a la ropa en lugar visible con un imperdible, donde venía vuestro nombre y vuestro destino. Todo era lloros y gimoteos, porque vuestros padres, con el alma partida pero haciéndose los fuertes, se habían despedido ya de vosotros al dejaros en la iglesia. Tú eres muy llorón, Pablo. Tú, sueles decirlo, has llorado muchísimo. En aquellas horas apretabas los dientes y procurabas comportarte serenamente. Tu padre te había pedido entereza, te había educado para dar ejemplo, desde pequeño, de madurez y civismo. Os dieron de comer mantequilla rancia con pan y os montaron, por fin, en unos autocares. Con todos vosotros, la camarada Pilar, la señora aquella del guardapolvo blanco. Hicisteis noche en el ayuntamiento de Villatobas, donde no había ni camas ni comida. Y de allí a Alcázar de San Juan, donde tomasteis un tren para Valencia. Os tenían preparado un modesto agasajo en un café, un poco de desayuno antes de tomar otro tren. Eráis, digo, unos sesenta niños, llorosos, sucios porque no habíais visto agua y jabón en todo el trayecto, algunos con catarro, o dolor de cabeza, o mareo, o diarrea, con las caras pegadas al cristal de las ventanas. Así, de improviso, a la altura de Benicasim, viste el mar. En qué malas condiciones, Pablo, viste por primera vez el mar, con lo bonito que es ver el mar con ojos que puedan apreciar tanta belleza, con ojos que no estén tristes de tanto mirar el dolor de dentro. El mar, tú sabes, símbolo de libertad, de plenitud. Mar de lágrimas para ti y para otros niños como tú. Unos sesenta.






6 comentarios:

Rebeca Aracil Illan dijo...

¡Fantástico programa Santi! 👌🏻Cada día nos sorprendes para mejor, no os perdáis el audio por favor, es una delicia la calidad y los detalles con los que Santi mima cada locución. Chapó para "El gorrión de las ondas". 👏🏻👏🏻👏🏻

Llamadme Ismael. dijo...

Increíble. Un programa especial en que cada aspecto ayuda a crear una atmósfera de época que te traslada a los años de un personaje maltratado por el olvido como tantos grandes. Genial, Santiago. ¡Gracias!

Miguel Jaldo Girela dijo...

Genial, pero un escenario del silencio y el ostracismo a las personas de febril espíritu creador, me recuerda a la pobre Matilde de Angelique Pfitzner, genial maestro

Santi el montador dijo...

Muchas gracias Rebeca, el texto de Manuel Hidalgo es buenísimo, Pablo fue mi jefe una parte de mi vida y en ese relato está muy bien retratado su forma de ser, el lenguaje, la sencillez, la maestría...
Espero que lo escuchen muchas personas por la magia de ese pasado...
Muchas gracias por escuchar y comentar este humilde programa que sólo trata de que por un momento olvidéis los problemas para disfrutar del relato.

Santi el montador dijo...

Ismael gracias por tu comentario, es cierto que el silencio envuelve a muchos personajes que en su día con el trabajo lo dieron todo y luego... Nadie se acuerda, por eso me gusta resucitar olvidos. Muchas gracias por haber escuchado y leído entre líneas el programa de un olvidado Gladiador.

Santi el montador dijo...

Gracias Miguel cierto es que los condenan a los silencios y cuando los haces hablar la gente se admira y creen que inventas algo... Yo no invento nada está ahí, leed, buscad, tenemos la gran suerte de las redes. Muchas gracias Miguel y seguiré dando voz a lo que no se lleva, a lo que no es políticamente correcto.