PARA SALIR DE LA IGNORANCIA Y EL ENGAÑO... LEE LIBROS DURANTE TODO EL AÑO: 2 LLUEVE EN LAS FAROLAS. ERNESTO OLANO GAINZARAIN..

 ESCUCHA EL AUDIO DE LLUEVE EN LAS FAROLAS

Haz clic en el recuadro con flecha en la parte superior derecha

PARA SALIR DE LA IGNORANCIA Y EL ENGAÑO... LEE LIBROS DURANTE TODO EL AÑO.

2 Llueve en las farolas.

Autor: Ernesto Olano Gainzain.

Para Ernesto por su creación

y el amor que derrocha en su vida.

Jonathan (Jony para los amigos) termina condena y por fin sale de la cárcel.

Es un muchacho de barrio con prisas por vivir su propia vida y recuperar a Susana, su chica de siempre.

Con tan solo veintitrés años, Jonathan y su violento pasado, callejearan a lo largo de una primavera plagada de tardes de lluvia.

Situada la novela a mediados de los ochenta, bebe inevitablemente de aquellas maneras de extrarradio.

I EL PARTIDO DE FUTBOL

La vida es una lucha constante entre la puta realidad y el tiempo que se nos va soñando. La vida es una mañana que apesta a colonia barata y, de pronto, aroma a café tostado. La vida es tu voz tiritando en la cinta del contestador y correr y correr como un loco a tu lado. La vida es ese abismo, ese miedo, ese violinista en el tejado. La vida es bailar sobre la hierba, descalzos.

Escribí estas líneas ayer por la noche, justo antes de acostarme, y ahora que el viento hace sonar la persiana de mi despacho, las leo y compruebo que estuve bastante cerca de sugerir esa complejidad de la que estamos hechos. En fin.

Hoy ya veo que estoy nostálgico, mucho; lo admito. Mi querida nostalgia. No siempre es malo sentirla, y eso que hoy me viene repletita de antojos. Entre sus demandas, recordar cómo galopaban ante mis venas y repasar la primavera de 1986, aquella intensa primavera en la que llovió a mares...

II ROCANEGRA

Para que quede claro: Rocanegra era el centro penitenciario en el que me internaron recién cumplida la mayoría de edad; vamos, siendo un mocoso...

Allí dentro todos nos convertíamos en números, en ratas que se movían entre concertinas; simples trozos de carne a los que no les pertenecía ni su propio tiempo...

A punto estuve de ahogarme en más de una ocasión por culpa de llorar y llorar hacia dentro. A nadie importábamos. Éramos estiércol...

Aunque siempre me he preguntado lo mismo: cómo diablos se escribe un grito, ¿¡cómo!? Apretando el lápiz hasta partirle la mina está claro que no...

IV CARTUCHO

Nuestro reencuentro fue insuperable, muy pero que muy chulo, con besos de perro incluido. Como para llevarle la contraria a Olmedo cuando decía que los perros siempre son los mejores amigos.

-¡Cartucho! Pero que guapo estás. Cuánto te he echado de menos, amigo mío. Vale, vale, que sí, anda, deja de chuperretearme. Deja, que ya sé que tú también me has echado mucho de menos. Ja, ja, ja, ja, ja. ¡Cartucho!

VIII LA NOCHE MALDITA

No puedo explicar por qué lo hice; no puedo. Tan solo sé que, de toda aquella pesadilla, ni el alcohol ni los lamentos sordos de Susana consiguieron borrarme el tacto. Imposible olvidar la sangre caliente de aquel hombre que resbalaba por mi mano izquierda.

El tipo se desplomó en el suelo con apenas un hálito de vida, junto a nuestros pies, como un saco. ¡Plof! Y fuimos testigos de sus últimos latidos. Con cada contracción del corazón manaba un chorro de sangre, hasta que sus fluidos dejaron de brotar, hasta que el frío pintó de verde su rostro...

Ernesto Olano, nace en 1978 en Vitoria, es padre de familia y ejerce como funcionario público en su ciudad natal.

De gran vocación literaria, escribió esta novela con el fin de estrechar lazos con su madre, víctima de una enfermedad terminal.

Llueve en la farolas, es la primera novela que publica.