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martes, 6 de septiembre de 2022

4 Programa de Miguel de Molina, segunda parte. Blog Montando a la vida.

 ESCUCHA EL AUDIO DE PROGRAMA DE MIGUEL DE MOLINA SEGUNDA PARTE. 

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4 Programa de Miguel de Molina, segunda parte. Blog Montando a la vida.

DON SANTIAGO DE LA MANCHA



El perfumado programa que tanto engancha...

Cuando te corten el camino, salta la cuneta y a pie descalzo, tira por el campo, creando una nueva vereda... Llegará un momento  que los tréboles acariciaran tus pies...

Don Santiago de La Mancha el Gorrión de las ondas.


Nota: En el audio escucharéis el programa entero, los textos de la página son un pequeño resumen a nivel informativo, no dejéis de escuchar el programa os sorprenderá, muchas gracias.


Programa de Miguel de Molina, segunda parte. Blog Montando a la vida.

Después de las vacaciones vuelve, Don Santiago de La Mancha el perfumado programa que tanto engancha. Todas las semanas aparecerá una nueva entrega de estos audios formato programa de radio, con diferentes personajes y temas, tratando en todo momento de ser un homenaje para todos ellos. 
Deseo que cuando escuches los programas te olvides de tu presente, los problemas, el estrés, etc. y te traslades con la narración, sonidos y músicas a esos lugares a los que mi corazón intenta llevarte, gracias por estar en este proyecto radiofónico y disfruta de mi humilde rinconcito.

Lo prometido es deuda, como habéis pedido la continuación del primer programa sobre la vida de Miguel de Molina, volvemos con el arte de este singular cantante al que dejamos embarcando en el navío de un príncipe marroquí residente en Tetuán. Según cuenta el mismo en su autobiografía: entonces viví una aventura de Las mil y una noches.

Pensaba que estaba contratado como camarero para el barco, pero inesperadamente fue a parar a Tetuán, le dijeron que durante unos días serviría en el palacio del príncipe mientras hacían reparaciones al barco.

El palacio no le desagradó, al contrario, superó con creces lo que esperaba. La primera noche le mandaron con otro muchacho a servir una comida en uno de los salones privados del príncipe. Esa fue la primera vez que lo vio, un hombre de unos 50 años vestía una especie de túnica larga, a su lado estaba un joven espigado de unos 18 años, la misma edad que tenía Miguel, y el príncipe de vez en cuando se llevaba a los labios la mano del joven.

El compañero de Miguel le comentó si no se había fijado como le miró el príncipe, que se preparase porque pronto tendría una propuesta para pasar la noche a su lado. Efectivamente, a la mañana siguiente, el jefe le llamó para comunicarle que el príncipe había pedido que esa noche fuera a sus aposentos. Las palabras del moro le causaron gran confusión...



Miguel llega a Sevilla en 1928, a punto de cumplir los 20 años. Se instaló en una gran casa de 20 habitaciones que llamaban el Chalet. Pertenecía a tres hermanas que fueron amantes de hombres muy ricos, la casa fue lo que las quedó de sus amoríos y vivían de alquilar las habitaciones a mujeres de cariño lucrado, que recibían a hombres con deseos carnales. A Miguel, que no tenía donde vivir le ofrecieron habitación y comida a cambio de cocinar, ir a la compra, limpiar, hacer de jardinero…

Vivió la magia de Sevilla: la Semana Santa, que seguía con gran devoción. La Feria de Abril con sus casetas, los vestidos de lunares, los caballos caracoleando, el jerez, la manzanilla, el baile por sevillanas. Las Cruces de Mayo con esos patios adornados de bellas flores; las carretas partiendo para la Romería del Rocío. Nunca faltaba un motivo para hacer fiesta con cante, baile, pescaíto frito, jamón y por supuesto, todo regado con un buen vino.

 


Corría el 1931 cuando volvió a Madrid a la casa de Antoñito el Divino, recuperando su trabajo en Los Claveles. Un día un hombre rico de Granada le dijo que quería conocer el colmado más famoso de Madrid, Villa Rosa. Allí, se dejó este hombre una gran cantidad de dinero y Miguel retomó su antiguo oficio de organizar juergas flamencas llevándolos a Villa Rosa. Dejó su trabajo en Los Claveles y no le iba nada mal con su nuevo trabajo hasta que con la llegada de la República los colmados fueron decayendo y a Miguel se le despertó la idea de subir a un escenario.

En su camino se cruzó con Soledad, la Miralles, una artista en horas bajas, a la que conocía de algunas juergas. Tomaron la decisión de hacer una pareja para bailar flamenco y subir a los escenarios


Gracias por escuchar al locutor de ustedes, Santiago Cerro, el Gorrión de las ondas...







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