ESCUCHA EL AUDIO DE PROGRAMA DE PABLO G. DEL AMO PRIMERA PARTE.
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5 Programa de Pablo G del Amo, primera parte. Blog Montando a la vida.
DON SANTIAGO DE LA MANCHA
Escribir este programa ha sido muy emotivo, todo un
honor, un privilegio y por supuesto mi humilde homenaje a una de las mejores etapas
de mi vida, en la que tuve la suerte de trabajar al lado de esta gran persona que acude al espacio.
Viene al programa el mejor montador (ahora llamado editor)
de la historia del cine español. Su nombre, Pablo González del Amo. En los
créditos de sus casi 200 películas dejó ese sello tan especial que sólo los
Maestros saben inmortalizar. Firmó sus trabajos como Pablo G. del Amo, en esa
G. encontramos el símbolo de su modestia y su vanidad. Por un lado, La G., es
la diminución de González, la renuncia a ocupar mucho lugar, a estar muy
visible. Por otro lado, es la diferencia a no ser uno de los muchos González
del país, de tal modo que siendo G. menos que González, G. se transforma en más
y se hace único entre todos los González...
Imaginad a Santiaguito, un chaval de 15 años que empezó a trabajar
de lo que en esa época llamaban botones, el chico de los recados para que nos
entendamos. Un adolescente que se conformaba con ser un simple aprendiz, en Cinearte,
ese estudio de cine y sonorización situado en el centro de Madrid. Allí se
alquilaba el plató para los rodajes donde construían decorados de interiores
dignos de museos. Tenían también salas de sonorización y proyección, donde se
realizaba la postproducción de las películas españolas. El estudio también
doblaba películas para cines de estreno, series y películas para TVE. Ese
Santiaguito no imaginaba nunca el privilegio de trabajar en ese bello universo
de creación que es el cine…
Recibí una llamada de Pablo del Amo, no me lo podía creer. Me citó en una cafetería cercana a su domicilio, porque tenía buenas referencias de mí y necesitaba un ayudante para su siguiente película A Balada da Praia dos caes. No os imagináis la felicidad de ese inolvidable momento. Por si fuera poco, la película se rodaba y montaba en la bella ciudad de Lisboa, y debía pasar allí unos meses… Aunque fue todo un reto, porque yo no sabía nada de portugués, al contrario de mi jefe que había vivido allí cuatro años de exilio y montar esa película para él fue un reencuentro con las gentes a las que tanto quería y a las que nunca había olvidado. Tuve que hablar portugués con mi auxiliar, con el laboratorio cinematográfico. No entendía, porque Pablo, me hacía hablar un idioma que yo no conocía. Con el tiempo comprendí, que era pura enseñanza de la vida y que le gustaba poner el listón muy alto a su gente, al igual que lo hacía con él mismo. Lo que en realidad hizo fue darme una magistral lección sobre el compromiso sagrado que aceptabas al trabajar en cualquier película…
El 18 de febrero de 1983, mientras montaba El Sur de Víctor
Erice, le concedieron el Premio Nacional de Cinematografía. Era la primera vez
que ese premio se otorgaba a un técnico de cine y fue la primera vez que el
nombre de Pablo González del Amo saltó de los créditos de las películas a las páginas
de los periódicos…
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