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miércoles, 24 de mayo de 2023

101 CUENTOS CLÁSICOS DE LA CHINA, PARA SALIR DE LA RUTINA. 1 EL ARTE DE LA CALIGRAFÍA.

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101 CUENTOS CLÁSICOS DE LA CHINA, PARA SALIR DE LA RUTINA. 

1 El arte de la caligrafía.

A los cuentos populares,
a sus letras que con una aparente 
simplicidad y belleza,
escriben entre líneas,
 sabiduría y mucha vida... 


Xian Zhi era hijo del famoso calígrafo Yi Zhi. Cuando su padre trabajaba en el estudio, el pequeño solía contemplar cómo trazaba los ideogramas en el papel de arroz. Con los pinceles chorreando tinta, el artista plasmaba espíritu y personalidad en los papeles. Poco a poco, el hijo también adquirió el hábito de escribir. A los pocos meses progresó tanto que los amigos y vecinos empezaron a alabarlo sin cesar. El pequeño se sentía engreído creyéndose ya un buen calígrafo.

Cierto día escribió una docena de caracteres y se los mostró a su padre, esperando de él un generoso elogio. Después de examinarlo un momento, el famoso calígrafo, que se había dado cuenta de la vanidad de su hijo, no hizo ningún comentario. Cogió el pincel y agregó un pequeño trazo en un ideograma, convirtiéndolo en otro carácter distinto, y le dijo:

-Enséñaselo a tu madre, a ver qué dice.

El pequeño fue a buscar a su madre en espera de un juicio alentador.

-Mamá, ¡mira lo que he escrito! Se parece al estilo de mi padre, ¿a qué sí?

Aunque la señora no era calígrafa, entendía la técnica de ese arte y solía emitir unas opiniones muy acertadas al respecto. Después de mirar durante un instante la obra de su hijo, le dijo:

-Has progresado, pero te falta mucho para conseguir el brío y la perfección de su caligrafía. En este carácter que has escrito, solo este trazo se parece mucho a su estilo, y lo demás no tiene nada que ver -señaló, poniendo el dedo justo en el trazo que acababa de agregar el calígrafo.

Avergonzado, el niño se dirigió a su padre y le preguntó:

-Después de tantos días de práctica, ¿por qué no he podido dominar aún el secreto de tu arte?

-Es muy sencillo, hijo, ¿ves las tinajas que hay en el patio? Cuando empecé a aprender caligrafía, me dijeron que había de llenar de agua las dieciocho tinajas. Y el día que se agotara el agua haciendo tinta par los ejercicios, sería un buen calígrafo. Lo hice, por eso escribo mejor.

Sin decir una palabra más, el niño entendió perfectamente. Corrió hacia el patio y durante toda la mañana estuvo trabajando para llenar de agua aquellas enormes tinajas. Se puso a practicar día y noche.

Veinte años después, cuando agotó la última gota del agua, llegó a tal dominio de la caligrafía china que fue consagrado como el <Santo de los Pinceles>.


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4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya moraleja que nos muestras en este cuento; sirve tanto para principiantes como para iniciados. Y es una maravilla la elegancia con la que está escrito: recoge el estilo sobrio y tranquilo de los escritos orientales. Muchas gracias, Santi.

Anónimo dijo...

Un trabajo elegante y preciso el tuyo, Santiago. A la maravilla del cuento y una ambientación idónea. La sabiduría popular siempre es una apuesta segura para desenredar la maraña del vivir. Eso, sumado a la estética de la tradición china, genera un universo en el que quedarse un tiempo largo y tendido, disfrutando del reposo, del sosiego y de la huella del conocimiento. Gracias, Gorrión.

Un abrazo,
Ismael.

Santi el montador dijo...

Muchas gracias Olga por tu comentario, son unos cuentos muy sencillos pero con un gran mensaje, sabiduría y enseñanza en su sencillo lenguaje. Efectivamente, sirve para principiantes e iniciados, es más, yo diría que incluso los buenos Maestros, siguen llenando las tinajas de agua para seguir elaborando la tinta de su caligrafía... Un sabio será toda la vida un buen APRENDIZ.

Santi el montador dijo...

Muchas gracias por tu comentario Ismael. La sabiduría popular siempre es una apuesta segura para desenredar la maraña del vivir... Totalmente de acuerdo con tus palabras. Me alegro que el relato tenga esa esencia del pensamiento y la sabiduría de China, que consigas disfrutar con el cuento del reposo, sosiego y sobre todo de la huella del conocimiento, no lo has podido describir mejor, me alegro haber conseguido trasladarte lo que también he disfrutado. Muchas gracias por tu sabiduría y palabras.